Cambio de vida
Fecha: 28/06/2019,
Categorías:
Confesiones
Autor: pedrocascabel, Fuente: RelatosEróticos
... desnuda ("voy a darte gusto con la boca como le hacía al cerdo de Don Tomás, aunque ya hubiera querido él un pollón como el tuyo") me acaricia con pericia la polla hasta ponerla tiesa y dura, se arrodilla y mirándome a los ojos comienza a chuparla lentamente.
Sujeto la cabeza de sus cabellos, meto y saco el rabo de esa fabulosa boca viciosa de manera que no deje de mamar ni un momento (¡joder cómo me ha puesto!). No quiero correrme todavía, le obligo a levantarse y darse la vuelta apoyada en el respaldo del sofá y se la meto ("qué bien, qué dura está; sigue, sigue") en su agradecido y empapado coño para darle unos buenos pollazos ("así, qué bien; sigue, más fuerte; más, más rápido") buscando mi orgasmo que no llega a pesar de las fuertes contracciones vaginales y del grito largo y poderoso que da Agustina al tener su primera corrida.
Tengo que detenerme para recobrar el aliento a pesar de que el rabo exige seguir y la mujer se sienta a mi lado para descansar; el golpeteo de la sangre acelerada en mis oídos me despista hasta que de nuevo soy consciente de Agustina, arrodillada, mirándome en actitud de adoración a mi polla oscura, larga, gruesa. Me encanta una lengua de mujer que sepa excitarme, para mí es un placer añadido que engrandece mis corridas, y esta mujer madura me parece la mejorcomepollas que he conocido hasta la fecha, se nota su práctica de años.
Su lengua se ensancha y engorda o se hace fina y larga según dónde esté lamiendo de manera tal que en todo ...
... momento consigue que no sólo la polla sino el cuerpo entero esté pendiente de lo que hace. Me ha puesto en un estado tal que le da alegría ("cómo me gusta tu polla gordita y grande; me excita mucho, mucho"), se sube encima, y tras meterse la polla se mueve arriba-abajo, en círculos, a derecha e izquierda, con mucha rapidez y provocándome rápidamente una corrida cojonuda.
Sigue moviéndose durante un par de minutos y su casi callado orgasmo transforma los rasgos tensos de su cara en la representación del relajo y la tranquilidad, me moja aún más (es un rasgo que comparten madre e hija: producen una gran cantidad de líquidos vaginales, tanto que parece que orinen al correrse) mientras sigue teniendo contracciones y poco después descabalga para darme un beso y quedarnos ambos tranquilos.
Al día siguiente la hija apareció por casa a primera hora de la mañana con cara de guasa y pitorreo: "¿te gustó Agustina, su boca te dejó seco o aún te quedan ganas de estar con alguna otra mujer?".
Milagros de la naturaleza, mi rabo parece que está tontito y tengo una erección escandalosamente visible ("vaya, vaya, cabronazo, ¿eso no será por mí?"). Me apetece jugar: llevo de la mano a Marimar hasta el cuarto de baño, entro en la ducha, abro el grifo para que salga agua tibia con fuerza y mientras beso la boca ansiosa de la mujer la empujo hacia dentro de la baja y amplísima bañera. Ya estamos los dos empapados y parezco un pulpo: no paro de tocar, acariciar, apretar y besar a Marimar, que ...