Dos gemelas se la lían parda a su tío
Fecha: 16/07/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Quique., Fuente: CuentoRelatos
... Bea se puso en cuclillas, agarró el culo redondito de Nina y le comió el coño hasta que se corrió en su boca.
Al correrse, los gemidos de las gemelas fueran como suspiros. Ver como se corrieron fue como ver correrse a dos ángeles.
Me fui a jugar unas partidas al mus. Volví a las nueve para cenar. Cenamos carne al caldero y al acabar de cenar se jodió lo que se podía dar.
-No me encuentro nada bien. Creo que me sentó mal el vino. -dijo Nina - Me voy para cama.
-Voy contigo -le dijo Bea.
Se marcharon sin dar las buenas noches. La verdad es que no sé cómo le había sentado mal el vino si casi no había bebido.
Después de recoger la mesa fui a la sala de estar a mirar la televisión.
Eran las doce de la noche cuando me fui para cama.
Estaba con el primer sueño, durmiendo boca abajo, cuando siento que me destapan y un cuerpo desnudo y calentito se echa sobre a mí. Su tacto era suave como el terciopelo. Sus tetas en mi espalda me encendieron. Besó mi cuello, después, se sentó sobre mis piernas. Rascando mi espalda con sus uñas lamió mi espina dorsal, lentamente, de abajo arriba y de arriba abajo. Sentí la voz de Nina.
-¿Lo quieres para ti solita, hermana?
-Ven. Repartiéndolo bien hay macho para las dos.
Nina se metió en la cama y encendió la luz. Me dieron la vuelta. Las vi desnudas de nuevo. Eran la perfección hecha mujer. Cada una por su lado, y acariciándome una los cojones y meneándome la otra la polla, me lamieron las orejas, me besaron el ...
... cuello, me chuparon las tetillas, y después, Nina me chupó los cojones y Bea la polla. Al rato, Nina, dejó mis cojones y me dio sus deliciosas tetas a mamar, mamé, lamí, chupé y mordí sus pezones. Después me puso el coño en la boca y se lo comí... No tardó Bea en ser la que me diese sus tetas y su coño a comer mientras Nina me la chupaba.
Media hora más tarde de vaivenes. Nina se echó boca arriba en la cama. Bea, poniéndome el coño a tiro, metió la cabeza entre sus piernas y comenzó a hacerle un cunnilingus. Nina se magreaba las tetas. Cogí a Bea por su fina cintura y, arrodillado detrás de ella, le di canela fina. Tardó lo suyo, pero acabó por apretar mi polla con su coño y encharcarla de jugo. Se sacudió al correrse, pero sus gemidos eran como susurros. Al quitarle la polla, le lamí el coño para saborear el jugo que salía de él. Acto seguido, Nina, subió encima de mí. Me cabalgo buscando su orgasmo y el mío. El suyo al frotar el clítoris con mi pelvis, y el mío al hacerme en la corona remolinos con el culo. Aguanté hasta que ella quiso. Al sentir que se iba acorrer, me cabalgó moviendo el culo de atrás hacia delante a toda hostia. Cuando sintió mi leche dentro de su coño, la metió hasta el fondo, y frotando su clítoris con mi pelvis, moviendo el culo alrededor y besando a su hermana, se corrió como una bendita.
Al acabar de correrse tenía en los labios una sonrisa que jamás olvidaré.
Poco después...
-Te dejamos descansar, tío -Me dijo Nina.
-Mañana te llevarás otra ...