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Ana 3, acostumbrándose a disfrutar de ser violada
Fecha: 22/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... los envidiaba. Una noche la vi salir del ascensor, esta vez con un tipo bastante joven, aunque bien feo. Perfeccioné mi método de espionaje. Ahora puedo notar su presencia apenas el ascensor para en nuestro piso. Entonces me acerco a la puerta y observo por la mirilla para comprobar si se encuentra sola. Esto fue hace dos días, fue increíble las ganas que tuve de salir al pasillo, cagar a piñas al pelotudo ese que se la llevaba de la mano, y arrastrarla hasta mi casa para tirarla en la cama boca abajo, chuparle todo el cuerpo y ensartarla por todas partes. Sin darme cuenta comencé a masturbarme mientras el feo comenzaba a animarse a manosearle el culo a Ana, mientras la muy puta abría la puerta. El colmo fue cuando al otro día por la tarde la vi salir con otro tipo, este también joven, no tan feo como el anterior, pero bastante desalineado. Justo yo entraba de hacer las compras. La muy perra me vio y le dio un beso cariñoso en la boca al idiota de turno. Esto me enfurecía. Me quedé en el ascensor esperándola, pero ella salió a la calle fingiendo querer comprar algo. Sin embargo, toda esta situación me dio una idea que ya puse en marcha. Le pedí a un amigo que le enviara una solicitud de amistad en Facebook. La idea es simple. Él se la chamuya, la mina es muy fácil, es cuestión de tiempo para que acepte un encuentro con él, y cuando lo haga, una vez que lleguen al edificio, la llevamos por la fuerza hasta mi dpto. donde quizá no esté esperando yo solo y por fin me ...
... quitaré las ganas. Pero eso puede llevar su tiempo. Ana es muy promiscua, pero puede llegar a ser muy necia si se lo propone. Podría hacer esperar a mi amigo mucho tiempo mientras se coge a medio mundo. Hay que tener paciencia. Es de noche. Estoy escribiendo en la pc, sentado muy cerca de la puerta. Mientras escribo todo este relato espero a Ana, con la esperanza de encontrarla sola, indefensa. Tengo el tronco duro mientras recuerdo la última vez que estuve en su casa, donde la poseí de todas las formas que se me ocurrieron. Pero ahora tengo nuevas ideas y muchas ganas. Mucha leche contenida. Mi pantalón está abrochado, pero estoy seguro de que el pene ya escupió parte del semen que se desborda de él. Apenas la pueda ver me voy a aliviar con una paja, sino no voy a poder dormir. Un momento. Escucho el sonido del ascensor deslizarse. La puerta se va abrir enseguida. Se acerca despacio. Quizá sea ella. Voy hasta la puerta, quizá hoy tenga suerte… Estaba hermosa, venía de tocar en un concierto, lo noté porque vestía totalmente de negro y cargaba su violín al hombro. La camisa, con unos botones desabrochados, mostraban parte de su pecho, la minifalda negra apenas cubriéndole lo suficiente para taparle el trasero precioso, las piernas cubiertas con unas medias negras, gruesas, y unos tacos agujas que la elevaban hasta la cumbre de la sensualidad. Apenas salía del ascensor escuché su voz. Me desesperé al suponer que hablaba con alguno de sus amantes. Pero estaba sola. ...