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Ana 3, acostumbrándose a disfrutar de ser violada
Fecha: 22/07/2019, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... orejas. Desearía tener mil manos y cientos de labios para poder disfrutar de todo su ser al mismo tiempo. Este manoseo duró poco tiempo, porque necesitaba descargarme. Me desnudé rapidísimo, y deje al descubierto mi pene hinchado, que como sospechaba, ya estaba chorreando. —Ponete forro al menos —me dijo. Así de puta era. Hace un rato no quería, y ahora me pedía que me la coja con forro. —Así que ahora querés que te garche, putita —dije, separé un poco más sus piernas, y la penetré. Lo hice con bastante brusquedad. Gimió de dolor, eso me gustó. Por fin la tenía a mi merced. Estábamos a pocos pasos de donde solía verla llegar con diferentes machos, pero ahora la tenía yo. Me agarré de su pollerita y empecé a mandársela con mayor intensidad. —Pedime por favor que pare, que me encanta —le ordené. Para mi sorpresa, obedeció. —Por favor pará —dijo casi susurrando, mientras contenía un gemido— maahhh, por favor, nhhh, por favor pará —repetía la muy trola mientras se la ensartaba. Me volvía loco. —no te escucho —comencé a embestirla con ferocidad. Mis bolas chocaban con su culo. —Por favor. No, aaayy, no, mmmhhh, ...
... mmhhh. Por favahahah —Te está gustando, no perra. —Sí, aaah, sí, pero no quiero, no quiero aaay aaahh. Si ya estaba caliente, sus gritos me terminaron de enloquecer. Saque la pija. Me miró con cara de decepción cuando lo hice. Seguramente quería más pija, pero ya habría tiempo para ello. Exploté en una eyaculación potentísima. Acabé en sus nalgas y también ensucié la pollera que todavía envolvía su cintura. La lleve hasta mi cuarto para que descansemos. Fui hasta la cocina y llevé agua. Se la veía muy agotada. Cuando terminó el vaso me dijo: —¿Por qué no me tratas bien? —Porque me gusta tratarte así —le contesté con sinceridad— y ahora me vas a chupar bien la pija. Agarre la notebook. me recosté boca arriba. Hace unos quince minutos me la está chupando mientras escribo esta historia. En este instante me chupa el glande. Es dolorosamente placentero, pero no quiero terminar todavía. —métetela entera en la boca. —aagglgl —traga Anita. Tan hermosa, tan dispuesta cuando finalmente se resigna a su destino de puta. —Si seguí así, así, no pares. Sus labios rozan mis testículos. Estoy a punto de acabar…