1. “Que no oiga mi abuelitaaahhh!!!”


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Jóvenes Autor: hymenator, Fuente: RelatosEróticos

    ... veía palpitante y expectante a su primera follada que de seguro también estaba deseando.
    
    Entonces cogí con una mano mi verga -más tiesa que nunca- mientras me apoyaba con la otra sobre la almohada de su cama a la altura de su cabeza; enfile contra la apenas peludita vagina de Paulita para tratar de metérsela y me encontré con que la tenía tremendamente mojadita, tanto así que a la primera incursión la cabeza de mi falo resbaló dentro de ella y cuando mi linda enamorada sintió el calor de mi venoso pene entrando en contacto con su huequito comenzó a jadear tan fuerte que me excitó tanto que sólo pude arremetérselo con todas mis fuerzas y se lo hundí hasta atravesarla por completo justo en el momento en que ella se había animado a hablarme; sólo alcanzó a decirme “Que no oiga mi abuelitaaahhh!!!”, justo en ese momento se lo clavé hasta que mis bolas toparon con su transpiradas nalguitas y la hice mía. Mi verga la penetró hasta lo más recóndito de sus entrañas convirtiendo a Paulita en mi primera mujer.
    
    Estar adentro de aquel agujerito tan cerradito de mi Paulita era todo un delicioso sueño. Se sentía calientito, húmedo y bien apretadito. Aquello se convirtió en ese momento en el placer más increíble que hasta entonces había experimentado y la verdad es que era tan rico que comencé a metérselo y a sacárselo con tanta desesperación que sentía que nuestros sexos quemaban de tanto fruición.
    
    Paulita con su carita encendida, enrojecida de placer, se abrasaba a mi espalda con ...
    ... tanta fuerza que apenas podía moverme pero mi cintura hizo lo suyo y no baje para nada el ritmo de mis embestidas, ni un solo instante. Mi linda mujercita para entonces respiraba por la boca como si estuviese sollozando; yo creía que era de dolor y aunque la verdad nada hice para calmarla después me confesaría que más que dolor era un gran placer.
    
    No voy a decirles que fue una súper jornada de sexo de más de una hora porque mentiría, pero lo que sí es cierto es que gozamos de lo lindo el tiempo que duró pues cuando estábamos en lo mejor su cosita empezó a apretujarme con más fuerza mi pichula dándome el placer más intenso de mi vida, hasta que una descargar eléctrica recorrió mi cuerpo desde mi cerebro hasta la punta de mi pichula y descargué una gran cantidad de semen dentro del coñito de mi Paulita provocando en ella una reacción inesperada para mí.
    
    Mientras esto ocurría Paulita se contrajo por completo –inclusive su chuchita pareció cerrarse- y luego se relajó. Una gran paz nos invadió a los dos tanto así que ambos quedamos extenuados y abrazados por un tiempo que no sabría precisar, pero lo cierto es que fue la voz de la ancianita gritando “Paula, Paula, ¿dónde estás?”, la que nos volvió a la realidad.
    
    Entonces Paulita se levantó como por un resorte, me apuró a vestirme y salió corriendo de la habitación sin siquiera haberse puesto su calzoncito. Al irse dejó en las sábanas de su cama unas manchas de sangre con semen calientitas aún, cómo una clara muestra de su ...
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