Me vio vestida de mujer y me rompió el culo en su camión
Fecha: 01/09/2017,
Categorías:
Transexuales
Autor: janet70, Fuente: SexoSinTabues
... dueña. Es un camionero que cuando trae carga a esta ciudad, siempre pasa por esta pensión. -Mamá, ¿cómo te enteraste? -Le preguntó Inés a su madre. - La misma dueña me contó ayer. - Cierto que eres chismosa. En aquel instante el hombre se paró de su silla y pude verlo de pié a cabeza. Mi vista no se quitaba de él. -¿Qué edad tiene? La madre me respondió. - Cincuenta y uno. - Inés, ¿notaste lo alto y corpulento que es? - Le pregunte a mi amiga. - Sí, es bastante grande. - Me respondió Inés. - Yo lo veo algo panzón, pero no parece ser tan gordo. - Le volví a señalar. - Fíjate bien, tiene varios kilos de más. - Me respondió mi amiga otra vez. - Sí, está gordo. ¡Pero no me vas a decir que tiene brazos muy fuertes! - Le comentaba con gestos de sorpresa. - Le destaqué a Inés. - Está bien, es alto y enorme, pero no para tanto. Me hablas de él como si fuera un atleta. - Vuelta Inés me remarcaba sin darle importancia. - Je, para nada se ve como atleta. Aunque no me vas a decir que es muy masculino. - Le respondí. - Dime, ¿te gusta ese hombre? Me ruboricé por la pregunta, me dió mucha vergüenza. Por lo tanto le respondí. - No Inés. Como es alguien nuevo en la pensión, sólo me dió curiosidad, nada más. Llegó el día, e Inés se fue de la pensión junto a su madre. Se generó un vacío muy grande en mi corazón. Además sólo Adela, la otra señora, y yo quedamos para lavar el baño. Sentí que mi vida no iba a ser la misma sin mi amiga, que me daba aliento y me ayudaba a cumplir mi sueño de ser ...
... una chica. O tener esa ilusión por lo menos. Respecto a mí, podía decir que me encerraba en mi cuarto practicante todas las horas que podía. Únicamente salía del mismo para ir al baño o también para desayunar bien temprano en el comedor, cuando todavía no se levantaba nadie, ni siquiera la dueña. Eso era antes de ir a trabajar. Yo trabajaba en el comercio en aquel año, vendiendo ropa, cómo mencioné. Respecto del camionero, a partir de ese día de almuerzo que lo vi por primera vez, se puede decir que habían días que aparecía en la pensión y otros días que se desaparecía de ahí, debido a que su trabajo consiste en viajar mucho. Una de las tantas noches, vuelta de mi trabajo, vi estacionado su camión, sin acoplado. Para mí era muy normal. Había llegado muy cansada, pero siempre me daba un espacio para mí en mi cuarto. Como conté, ese cuarto era el que estaba al lado del portón de entrada a la pensión. Tiene una ventana que da a la calle. Era una noche muy cálida, por lo que dejé la ventana abierta, pero con las cortinas que tapaban la vista. Me di una ducha y volví a mi habitacion a cenar algo muy liviano, una especie de ensalada de frutas. Luego me decidí, como lo hago siempre, en vestirme y ponerme "cómoda". Pinté mi boca, mis ojos y mis pómulos. Y lógico, me puse un conjunto con una tanguita y un corpiño muy sexi, de color rojo "tentación". Solita y sin nadie cerca, comencé a disfrutar de mi sublime autoexhibición. Además me puse tacos altos, para caminar ida y vuelta mirándome ...