1. Todo empezó con una inyección


    Fecha: 02/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Stuka15, Fuente: CuentoRelatos

    ... curarme como lo haces ahora.
    
    --Porque preguntas tanto?
    
    --Es que me siento un poco raro?
    
    --Por lo de las inyecciones?
    
    --Sí, es que verte así.... nunca lo había hecho
    
    --Tampoco yo me acostumbro del todo, pero era necesario que vieras mis pompis desnudas para poder inyectarme y cuidarme como lo has hecho; además, te diré algo, estoy orgullosa de mi cuerpo y lo cuido para que luzca hermoso, por eso me ejercito a diario. Cuando vivía tu padre me decía que era muy hermosa, me veía desnuda mientras dormía acariciándome tiernamente, nadie más, aparte de Fina, me había visto desnudas mis pompis, hasta ayer. Pero al no estar tu padre, creo que tienes derecho de verme porque eres además de mi hijo, el hombre que me cuida.
    
    --Entonces no es malo que yo te vea desnuda?
    
    --No lo es, solo cuando yo te lo permita. ¿Que sientes al respecto?
    
    --Mucha excitación, nunca había visto a nadie desnuda
    
    --Te diré que sentí un poco de pena pero ahora estoy más tranquila porque lo hablamos
    
    --Tu que sentiste cuando te desnude tus pompis?
    
    --Lo pensé mucho antes de hacerlo pero al saber que me estabas viendo me excite un poquitín. Dime ¿qué viste exactamente?
    
    -- tus pompis, tu ano y parte de tu conchita
    
    --Bárbaro, viste todo eso en unos segundos?
    
    --Si, ¿estuvo mal?
    
    --No, viste lo que yo te permití ver, es muy natural.
    
    La conversación siguió así, nuestra excitación crecía pero también nuestra confianza. Después nos concentramos en una película de la TV y ...
    ... guardamos silencio hasta tarde.
    
    --Señor doctor, es hora de que me inyecte y se vaya a dormir.
    
    --Sí señora.
    
    Para mi sorpresa la inyecte apenas viendo media nalga.
    
    Decepcionado me fui a acostar. El resto de las inyecciones fueron iguales y finalmente recuperó su salud.
    
    Después de algunos meses mi calentura desapareció. Éramos como antes, solo que más unidos. Cierto día en la cocina después de hacer cuentas, mi madre lavaba los platos y yo los ponía junto a ella. Sin saber porque, le di una nalgada suave sobre su falda de franela.
    
    --Uyyy, y eso?
    
    --Me la debías. Voy con mis amigos un rato y regreso.
    
    --OK!, dame mi beso y pórtate bien.
    
    Al acercarme para darle un beso, ella no volteó, de espaldas a mí tome su cintura con ambas manos y bese en la mejilla recargando mi cuerpo en su espalda. Ella estaba inmóvil.
    
    Sin saber que hacer, recupere la vertical y despegue mi cuerpo. Ella volteó y mirándome de reojo sonrió un poco y picaramente me preguntó.
    
    --¿Sucede algo?
    
    No me atreví a responder.
    
    --Por favor, dime lo que estas pensando en este momento
    
    --Me apena
    
    --Recuerda que no tenemos secretos
    
    --Estoy excitado, al tocarte con mi cuerpo sentí extraño y recordé tus pompis desnudas
    
    --Esta bien hijo, las hormonas te gobiernan, lo que quiere decir que estas listo para una mujer
    
    --Desgraciadamente aun no la encuentro y dudo que llegue pronto, hasta hoy, a mi edad lo único que he visto desnudo son tus pompis, que ironía
    
    --Oye.... mis pompis son ...
«12...456...12»