1. El Cazador - Parte 3


    Fecha: 24/08/2019, Categorías: Gays Autor: johna.2012, Fuente: SexoSinTabues

    ... negarlo. ―¿Te gusta? ―preguntó y me quedó mirando ―… Sé que te gusta… te he visto como lo miras… Tú no me harías sufrir como las mujeres, ¿No Sami? Bueno tal vez si, si me la vas a meter seguro dolerá… la debes tener bastante grande… ¿Será mucho el dolor? Tal vez ni duele… siempre me he preguntado como hacen los gays para recibir por el poto y poder sentarse luego… Yo creo que no debe doler tanto como todos piensan, sino los gays no lo harían, ¿No crees? Todo aquel monologo de mi amigo estaba empezando a encenderme más y más, imaginando todo lo que podía hacer con ese enorme culote, si me diera la oportunidad… Mi encuentro con Cris hace unas horas me había dejado muy arrecho y ahora Mati estaba encendiéndome nuevamente. ―No lo sé, Mati ―contesté y luego arrojé a mi amigo a la cama, pero este se aferró a mi cuello y me arrastró con él hasta el colchón. Luego de la caída quedé echado sobre él, a unos centímetros de su rostro. ―¿No te gustaría probar? ―dijo y mis ojos se abrieron grandes―… Vamos Sami, di que sí… tengo curiosidad de saber si duele como dicen… eres mi pata, que quede entre patas ―continuó balbuceando. Mi excitación estaba al límite… ¿Cómo había llegado hasta eso? Mi amigo, al que le tuve ganas por tanto tiempo ahora me estaba rogando que lo penetrara, que me comiera ese culazo con el que tanto había fantaseado… ¿Acaso estaba soñando? ¿O el alcohol me estaba jugando una mala pasada? ―Di que si, Sami… No se lo diremos a nadie… métemela… ¿Sí? Tener su aliento tan ...
    ... cerca y escuchar sus palabras rogándome que lo penetrara hicieron que me descontrolara, pero mi mente de inmediato recordó la regla numero 12… No involucrarme con alguien de la universidad… Entonces de un salto me puse de pie y que quedé quieto junto a la cama. ―No, no puedo ―le dije, tratando de mantener el control de mis acciones. Entonces Mati se dio vuelta y se puso boca abajo, dejándome a la vista su enorme y delicioso trasero. ―Vamos Sami, ¿No tienes curiosidad? ―dijo y luego en un rápido movimiento se desabotonó el pantalón y se bajó a la mitad su pantalón y su bóxer, dejando a la vista gran parte de sus nalgas y su raja… ¿Qué debía hacer? Era Mati… cogerme a Mati era algo que había deseado desde hace mucho y ahora se me estaba ofreciendo en bandeja de plata… ¿debía rechazarlo por mis reglas? Entonces, súbitamente perdí el control y el raciocinio, y mis reglas dejaron de tener importancia. ―Está bien ―dije y me lancé sobre aquel culo blanco y redondo. El cuerpo de Mati se tensó cuando puse mis manos sobre sus nalgas por primera vez, y lo sentí soltar jadeos. Su cuerpo tembló como una hoja cuando de un tirón le terminé de sacar el pantalón y dejé sus nalgas al aire libre. Eran hermosas, todo un espectáculo. Blancas y redondas, duras y de piel suave, con una ligera capa de vellos castaños que rodeaba la raja y coloreaba sus pálidos cachetes. Sin poder controlarme empecé a sobarlas, a besarlas y morderlas. Su piel estaba húmeda y caliente, olía a sudor y a ese aroma especial ...
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