La historia de Ana (Capítulo 3)
Fecha: 04/09/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... gustar, pero igual me decepcionó.
Me devoraban como si fuese comida. No hubo lugar de mi cuerpo que no lamieran. Me sacaron la bombacha, y me desabrocharon el corpiño. En un momento me sobresalté imaginando que podrían estar tomando otras fotos. Pero ya era demasiado tarde para tomar precauciones. Sentí que un cuerpo se deslizaba por el colchón. Era uno de los pendejos que se sentó a la cabecera de la cama, al lado de mi cabeza. Me agarró del mentón y me levantó la cara. No sé cuál de los tres era, no quise verlo, sólo abrí los ojos y vi una verga, no levanté más la mirada. Por la forma, delgada y blanca, supongo que era la del rubito. Además, él era el más impaciente. La pija ya había largado mucho presemen. La agarré. No tenía sentido negarme, ya estaba a merced de esos pendejitos degenerados. Se la chupé, con rabia. Presioné la cabeza con los labios y le di lengüetadas veloces. El pibito hizo un sonido mezcla de placer y dolor. Nunca le habían chupado la pija así. Mientras se la mamaba, los otros no paraban de chuparme la cola, parecían más ansiosos por disfrutarme y por observar cómo se la chupaba a su amigo, que por desahogar rápido su calentura.
El pendejito se vino enseguida. Largó dos chorros calientes y pegajosos en mi cara. No sé qué mambo tienen los tipos con eyacularnos en la cara, pero a todos les encanta. A vos también ¿no?
Cerré los ojos de nuevo. Quería que me cojan y se vayan de una vez. Pero todavía no me iban a coger. Me hicieron darme vuelta. Dos ...
... de ellos (supongo que a los que no se la había chupado) se pararon sobre el colchón, a mis costados. Escuché los chasquidos de la masturbación de una pija mojada, todavía con mis ojos cerrados. Parece que tanto chuparme los había excitado demasiado y no aguantaban más. Enseguida sentí las dos eyaculaciones, casi al mismo tiempo, bañando mis tetas y parte de mi cara. “Mirala a la profe, toda llena de leche, hecha una puerca” Dijo el rubito agrandado. No les bastaba con cogerme, les gustaba humillarme. Igual que a vos Gaby.
Después me pusieron en cuatro. Discutieron un rato en qué turno me iban a violar. Federico y el rubio querían ser los primeros. Jugaron a piedra, papel, o tijeras. “al mejor de tres” dijeron, y yo, con los ojos cerrados y la cola levantada, escuchaba cómo se disputaban mi cuerpo, como si fuese un trofeo.
Ganó el rubito. Me cogió con esa pija delgada. A esa edad tienen mucha energía. Yo mordía las sábanas para no gemir, pero cuando me la metía con toda, no podía disimular. Además, ya me empezaba a mojar. “miren, la putita larga juguitos” dijo el rubito, metiendo un dedo para comprobarlo. Y así estuvieron un par de horas Gaby. No duraban mucho. Diez minutos como máximo. Pero apenas terminaba uno, el otro ya me metía la pija dura. Fue como si un solo tipo me cogiese por dos horas. Si Gaby. Me hicieron acabar. No soy de madera. Tantas estimulaciones en mi sexo, por tanto tiempo, me hicieron acabar dos o tres veces. “Al final te está gustando putona” dijo ...