Negación - Capítulo 5
Fecha: 08/09/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... puerta. A los minutos me llegó un mensaje suyo. Me pedía que le informara al medio día si estaba en condiciones para mis clases en el centro deportivo. Pero por sobre todo, que me tomara las cosas con calma.
Miré la hora, eran las diez con quince. Decidí dejar en pausa lo que hacía para ir al casino a comprar una bebida energética. Si la deshidratación me tenía en este estado semi-vivo, entonces lo que necesitaba era una buena cantidad de electrolitos.
No me había permitido pensar en nada de lo que ocurrió el sábado en el baño del “Aries”. Quería sentirme mejor físicamente, antes de comenzar a sanar psicológicamente. Al menos, ahora podía caminar, en vez de arrastrarme. Ese era un avance. Lo que pasó allí… fue intenso. No había otra forma de explicarlo. Si Eduardo no se hubiese detenido para decir esas palabras – que aún quemaban a fuego vivo en mi memoria – lo habría dejado continuar. Eduardo sólo quería poseer, si lo analizaba con detención, las semejanzas de sus palabras con las de él, podían ser sólo una coincidencia. Además, había visto al joven, salían juntos del cubículo, ¿Qué iban a estar haciendo? Eduardo era un depredador, lo confirmó esa noche. Sólo había estado jugando conmigo, ya había saciado su hambre con ese chico, pocos años menor que yo. Sólo se pavoneaba de lo que podía lograr con su cuerpo, y los efectos que tenía sobre la gente.
Que haya utilizado el apodo que me dio Miguel, eso era la otra incógnita que me inquietaba. ¿Otra coincidencia? -No, ...
... eso no fue coincidencia- pensé. Estoy bastante seguro que Eduardo me había visto en el local, antes de nuestro encuentro en el servicio. Cuando me dijo “Enano” lo dijo con sorna. Él debe haber escuchado a Miguel llamarme así. Prendió una luz, y yo fui atraído como una polilla a su circo. Se aprovechó de la situación, estaba ebrio, en el baño, solo. Vio una debilidad y la usó. Esperaba nunca volver a ver a ese hombre de nuevo. Haberlo visto el sábado, era una señal que reafirmaba la decisión que había tomado. Abandonaría este negocia antes que algo, verdaderamente malo, ocurra.
Cuando regresé a la oficina, Sophie, una de mis compañeras de trabajo me comentó que Claudia había llamado a mi anexo. Deseaba verme y le pidió a Sophie que me diera el recado una vez volviera del casino. La energética hizo milagros, me sentía mejor, una más y dos litros de agua y estaría listo para mis clases de la tarde. Le agradecí a Sophie, y pasé a mi oficina para hacer la llamada.
- ¡¡Claaaaaauuu!! – le grité, nuestro típico saludo.
- ¡¡Faby!! – me respondió - ¡Ven rápido, tengo novedades!
- ¡Voy corriendo! – le corté.
Me disculpé con los chicos, era mi segunda escapada en la misma mañana, creo que vieron que estaba tan mal cuando llegué, que incluso me alentaron. Estoy seguro que pensaron que era el portador de una extraña enfermedad en extremo contagiosa, y mientras menos tiempo pasara cerca de ellos, menos probabilidades había de que los contagiara. Me apresuré por los pasillos ...