1. Negación - Capítulo 5


    Fecha: 08/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuando había un deseo en su mente, éste se cumplía. Sus padres fallecieron en un trágico accidente ante sus ojos, cuando era una adolescente de quince años, y junto con ellos enterró el cuento de hadas en el que vivió su infancia. Heredera de una pequeña fortuna familiar, fue obligada a vivir junto a sus tíos. La hermana de su madre y su esposo. Nadie más la consintió, y apenas alcanzó la mayoría de edad, emprendió el vuelo. La pérdida y la soledad, templaron su espíritu, era una mujer tenaz, que amaba en silencio, profundamente generosa. Pero con espinas en el alma. Nos conocimos en extrañas circunstancias un día en la Universidad. Había perdido la beca, y me encontraba en el rincón más apartado del campus, llorando mientras veía que mis sueños se desmoronaban a mí alrededor. Ella me encontró. Nunca le pregunté qué hacía deambulando sola en el lugar menos transitado del edificio. Solo recuerdo que se sentó a mi lado, en silencio, hasta que me tranquilicé. Y nunca más me separé de ella.
    
    - Tengo buenas noticias – se tocó la punta de la nariz, como en “I Dream of Jeannie”.
    
    - ¡Me gané la lotería!
    
    - No… pero soy tu amiga y eso es mejor que cualquier premio.
    
    - Tienes razón – Le guiñe un ojo, y la apunté con mis dedos – Eres una estrella de Rock.
    
    - Verás, respecto a lo del sábado… - me puse serio, siempre al grano Doc - … hablé con mi colega, Roberto, supongo que lo recuerdas, me asistió esa vez que pusiste tu trasero ahí… - apuntó la camilla ginecológica.
    
    - Cómo ...
    ... no olvidarlo… fueron muy amables mientras suturaban mi ano. – Ironicé - Nunca le agradecí a “Roberto” como correspondía… debí haberlo dejado probar el resultado ¿no crees?
    
    - Ja ja. ¡Muy gracioso! – Me miró con antipatía - Déjame decirte que le debes a Roberto la salud de tu culo… otra vez. – Volvió a abrir la gaveta y puso en el escritorio un pequeño sobre blanco.
    
    - ¡Dile a Roberto que lo amo! – dije mientras tomaba el sobre como un niño que recibió el regalo que quería en navidad. Dentro había tres supositorios y mi salvación.
    
    - ¿¡Sólo a Roberto!? – se llevó las manos al pecho, indignada.
    
    - Nooooo… - me pare y la tomé desde donde estaba sentada, abrazándola por sobre el escritorio, junte nuestras mejillas y las exprimí unidas. Luego aleje mi cara y comencé a besar la de ella. – A. Ti. Te. Amo. Mucho. Más – iba diciendo mientras le llenaba la cara a besos, sin importar dónde se los daba.
    
    - ¡Chupamedias! – dijo y me alejó… su cara volvió a la compostura y se sentó, ordenando su inmaculado delantal blanco – lo que me recuerda. – puso otro sobre el escritorio, más grande ahora, Lo tomé de mala gana.
    
    - ¡¡Yupii!!... ¡¡Condones!!... ¡¡Hurra!! – agité la bolsa al lado de mi cara.
    
    - Son fundamentales y lo sabes. A fin de mes, vamos a repetir las pruebas. Y voy a hablarle a Roberto, para que venga a evaluar tu… - Roberto Santibáñez era un prestigioso Urólogo, habían estudiado juntos en la escuela de medicina-.
    
    - Ya, ya, ya, ya… ¡entendí!, ¡entendí!...
    
    - Los ...
«12...678...12»