Negación - Capítulo 5
Fecha: 08/09/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... Nueve cursos compuestos por treinta personas cada uno, doscientos setenta estudiantes en total. Cuarenta reprobados. Que equivalían al catorce coma ocho por ciento del total de mis alumnos. Diablos, era oficial, yo era un maldito bastardo, y me enorgullecía serlo.
El martes fue un día complicado, retomé mi rutina de ejercicios, lo que estuvo bastante bien, y trabajé afanado en la oficina, conseguí mejorar uno de los programas más obsoletos utilizados por la enfermeras, la actualización les permitiría generar estadísticas a mayor velocidad respecto a la versión anterior, y eso agilizaría la gestión de camas. Y todo eso lo conseguí en una mañana., yo era simplemente genial. Nos coordinamos con Claudia para un almuerzo alto en calorías, en una de las tiendas de comida rápida cercana al Centro de Salud, sin darme cuenta, estaba marcando el reloj-control para dirigirme al Centro Deportivo, el día se había hecho humo. Las cosas empezaron a salir mal en cuanto puse un pie en el templo del fitness. Brawny me esperaba con una genial noticia. Estableció un convenio con un Capitán o algo así, de las fuerza militares. El acuerdo consistía en la creación de programa de entrenamiento complementario para los soldados –activos o veteranos- que habitaban la ciudad. Miguel quería que el programa estuviera listo e implementándose a principios del siguiente mes, es decir, en dos semanas, justo cuando se retomaran las clases en la Universidad. Era una buena adjudicación para el gimnasio, me ...
... alegraba por él. Pero era una patada en los testículos para mí, odiaba a los militares, y creo que Eduardo Martínez era la razón de mi problema con ellos. Hice mis clases y no volví a hablar con el idiota de Miguel, me fui sin despedirme, y llegué echando humo por las orejas a mi casa.
El miércoles, me empecé a preocupar por la ausencia de información. No había recibido ningún mensaje de él, nada pasó después que el viernes le enviara mi respuesta a su propuesta. Me ilusioné con la esperanza de un final corto, una incisión sin dolor. Un corte y luego una sutura. Una ecuación simple. Pero nada era simple si se trataba de él, e imaginaba su satisfacción pensando en la angustia en la que me tenía sumido, después de todo, esperar también es una forma de tortura. A parte del nudo en el estómago que crecía con cada segundo del reloj, me permití desarrollar mi vida con normalidad. Así sería mi vida ahora. Se acabaron las levantadas a media noche, en respuesta a las erecciones nocturnas de alguno de los cinco hombres a los que les abría las piernas. Podía acostumbrarme a esto, pero nunca a la energía sexual acumulada. El sábado en el Bar había sido desastroso, pero me dejó con ganas de más. Y tener las noches libres sin la Universidad, no me provocaba el suficiente cansancio mental que requería para olvidar esa necesidad tan primitiva. Había decidido permanecer en el gimnasio con Brawny a trabajar en su nuevo-súper-moderno-programa-de-instrucción-militar-no-oficial para pasar el ...