1. Verónica, una lectora que se convierte en uno de mis relatos - Parte 3


    Fecha: 05/09/2017, Categorías: Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... debo de mantener mi pene erecto, por lo menos dos minutos después que mi pareja llegue al orgasmo. La mayoría habla de esa exquisita sensación de ser taladradas y algunas experimentan múltiples orgasmos, algo que los hombres desearíamos experimentar.
    
    Aquel día, con más confianza subimos a la habitación del hotel, Verónica se sujetó de mi brazo y tan pronto llegamos a los pasillos solitarios del hotel, comenzaron los besos que prontamente hicieron que mi verga se parara. Le pregunto si tuvo reacciones colaterales por haber ingerido la píldora del día después y loúnico diferente que sintió fue el sueño que le provocó, pero no sintió otras cosas adversas. Por lo que leímos en las instrucciones concluimos que no debería tomarla de nuevo el día de hoy, pero por seguridad si teníamos sexo el día miércoles, que hasta entonces volvería a tomar otra.
    
    Verónica se siente en su casa, ha encendido la televisión y de esta manera nos sentamos juntos y me conversa mientras de vez en cuando sigue con sus besos. Le gustan esos besos de lengua, esos besos largos que sé que le excitan, al igual cuando le beso el cuello, que ahora se siente más libre pues sabe que nunca será mi intención dejarle marcas, que le puedan poner en problemas con sus padres. Me cuenta que le ha contado todo a Lizbeth, que a pesar que ella me ha conocido y hemos intercambiado algunas palabras, para Lizbeth sigo siendo una ficción, pues no puede creer que una verga como la que le describió le haya desvirgado la ...
    ... panocha y su rico culo. Ya me ha contado que Lizbeth no es virgen, pero está segura que nunca se la han cogido por el culo, de otra manera ella ya se lo hubiera contado, pues son amigas intimas, se cuentan todo.
    
    Aquello, no sé si Verónica intuye que me excita, saber que su amiga me pueda dar también su culo, pero me excita mas el hecho que verónica a abierto sus piernas, se sienta por sobre mis rodillas mientras yo estoy con mi espalda contra el sofá, nos damos besos tan profundos y veo su carita de excitación, que quiere que ya me la coja. Realmente es mi deseo ardiente, pero son las 10 de la mañana y tengo que calcular muy bien mis tiempos, sino estas dos jovencitas me dejaran los testículos secos y ardiendo. He levantado su falda que se ajusta a su bonita cadera y descubro que esta vez lleva puesto un bikini de color naranja, un poco más oscuro y brillante que el color durazno de su blusa. Se mira exquisita esa colita que realmente me da deseo de culearla de nuevo, pero no sé si su perforado y lastimado ano pueda recibir de nuevo mi verga. Se lo pregunto:
    
    —¿Me darás ese rico culito otra vez?
    
    —¡Lo puedes romper cuando tú lo desees!– con una voz muy sensual y sugestiva.
    
    Realmente Verónica me asombraba, pues de todas mis experiencias rompiendo culos, ella era la primera que estaba dispuesta en darme ese placer de nuevo en tan corto tiempo. La mayoría o por decir las otras, siempre se habían quejado del dolor, de la incomodidad al intentarlo de nuevo en horas ...
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