1. Mi mujer, el culo de mi suegra y el mío


    Fecha: 23/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Werther el Viej, Fuente: CuentoRelatos

    ... comprobado por la tarde. Mucho más ahora, estimulada por el cunnilingus de Helena, que amorrada en el coño de su “mamá”, se lo estaba trabajando a fondo. Yo presentía los subidones de goce de mi suegra por la intensidad momentánea de sus mamadas que me hacían bramar de gusto.
    
    En un momento dado, Pilar se incorporó hasta quedar sentada sobre la cama. Soltó mi polla, me agarró por las nalgas y me arrastró hacia ella. Durante unos instantes, se mantuvo inmóvil disfrutando de la gozada que le proporcionaba Helena, que seguía comiéndole el chocho.
    
    Sin embargo, yo no estaba dispuesto a perderme el indescriptible deleite que me procuraban sus mamadas. Así que le metí la verga en la boca y la moví incitándola a que me la chupase. Pero ella permaneció pasiva y yo, decidido, comencé a follarle la boca despaciosamente. Pilar aceptó el cambio de felación a irrumación y aprovechó para acariciarme el perineo. Fue avanzando con sus caricias hasta alcanzar mi ano. Y entonces, al mismo tiempo que ceñía con los labios mi polla fuertemente, me metió un dedo en el culo.
    
    Pasado el primer momento de sorpresa, las maniobras digitales que comenzó a practicar mi suegra en mi trasero me resultaron muy gratificantes. Enseguida, me sentí dominado por un deseo angustioso de alcanzar el orgasmo. Aceleré el vaivén follador en la boca de Pilar. Cada vez, la metía y la sacaba con más ansia y, cada vez, gozaba de arranques de placer más largos. Y Pilar, con sabiduría erótica, seguía apretando mi ...
    ... polla con sus labios. Aunque, a veces, se estremecía y relajaba un instante su presión, seguramente por los arreones de gusto que le daba la comida de coño de su hija.
    
    Finalmente, con los dedos de mi suegra maniobrando dentro de mi culo y mi polla hundida en su boca, me vino esa necesidad ineludible de correrme. Y me corrí... Me corrí... Me corrí deliciosamente, eyaculando la leche dentro de la boca de mi suegra que la aceptó hasta el último chorro. Estuve vaciando mis cojones sintiendo un placer inaprensible que me mantuvo feliz y aturdido durante algunos segundos.
    
    Al volver a la realidad, Pilar me estaba besando y llenando mi boca de mi propio semen que tenía un sabor dulzón. Cuando terminó conmigo, se fue hasta su hija, que también se había sentado sobre la cama. Le dio un profundo morreo y luego, riendo, le comentó:
    
    ‒Ya conoces el gustito: leche de tu marido.
    
    A continuación le propuso hacer un 69 ”como los otros días”. Al instante, se tumbó en la cama, de espaldas, bien abierta de piernas, Helena se colocó encima, en posición invertida, con chocho chorreante de su madre al alcance de su boca, y el suyo, también muy mojado sobre la cara de esta. Y enseguida empezaron un cunnilingus recíproco
    
    Era fascinante verlas lamiéndose dulcemente los clítoris, chupándose despacio los labios del coño, metiéndose las lenguas poco a poco en las vaginas, y oírlas jadear y gemir de gusto. A veces, la una o la otra alargaban sus lametones hasta terminar en el ano. Y Pilar, ...
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