1. NUEVAS SENSACIONES 5 (EL SABOR DEL INCESTO)


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Incesto Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos

    ... sus piernas y pantorrillas haciéndola estremecer. No sé cuanto duro la arremetida frenética, pero nuestros cuerpos estaban ya bañados de un intenso sudor, cuando ella empezó a convulsionar llegando a un prolongado orgasmo que la hizo llorar de placer, acelere mis taladradas para que nuestro éxtasis fuera mutuo y ella me adivino el pensamiento, diciendo:
    
    Dámelo ya!!!! Ya por favor!!! Lléname de ti.
    
    Como si mi pene obedeciera se inflamo, de forma brutal y bajando sus piernas de mis hombros la abrace y la bese con la fuerza del amor prohibido, y que ese día se tenía que consumar, inundando todo su umbral con una cantidad descomunal de esperma que termino por vencer la presión que ejercía su vagina hacia mi pene, escurriendo por todos lados y dejando una gran cantidad en su interior. Fueron instantes de placer y de ternura, los que siguieron al éxtasis, continuamos entrelazados disfrutándonos mutuamente, besándonos y acariciándonos, sabiendo que al salir de ahí, ya nada sería igual. Hasta que el sueño nos venció.
    
    Casi a las 4:30 de la mañana, me desperté, mi prima se encontraba acostada en mi pecho totalmente desnuda. Me levante con sumo cuidado de no despertarla y me dedique a contemplarla. Se veía tan hermosa, tan angelical, tan delicada, tan mujer y tan frágil, que no tuve el valor de despertarla, fue hasta pasadas las 5 que me atreví a rozar su espalda con mis dedos y ella se despertó.
    
    Qué hora es? Pregunto.
    
    Pasa de las 5, es hora de ...
    ... irnos.
    
    OK, me visto y nos vamos. Yo ya me había puesto la ropa.
    
    Con toda la calma del mundo comenzó a vestirse, mirándome de vez en vez con una mirada de complicidad, una vez vestida, arreglo lo mas que pudo su atuendo y nos dispusimos a salir, deje todo como lo habíamos encontrado y nos retiramos lanzando un suspiro hacia ese lugar, testigo de nuestro amor prohibido.
    
    Camino a casa ella se recostó en mi hombro mientras manejaba.
    
    Me amas? Pregunto.
    
    Su pregunta me dejo sin habla, y ella no dijo más.
    
    Cuando llegamos a la casa, su papá ya se afanaba en la preparación de las labores cotidianas, nos vio entrar y pregunto.
    
    Todo bien?
    
    Deje que Lea contestara.
    
    Fue la mejor noche de mi vida, dijo mirándome con infinita melancolía.
    
    Qué bueno que lo disfrutaste, comento mi tío. Haber si la sacas más seguido pa’ que se le baje ese carácter de los demonios que tiene. Dijo dirigiéndose a mí.
    
    Asentí.
    
    OK, me recostare un rato, dijo ella y se dio la vuelta.
    
    Un sentimiento de nostalgia me invadió e hizo que la alcanzara en la puerta de su habitación.
    
    Volteo y me miro con tristeza.
    
    Di un vistazo para asegurarme que no había nadie, y le di un tierno beso en los labios.
    
    ERES UN ANGEL. Dije.
    
    Y este angelito… ya es tuyo. Contesto.
    
    Se dio la vuelta, pero antes de entrar a su cuarto, alcance a decirle.
    
    LEA… TE AMO.
    
    Ella volteo y su tristeza desapareció.
    
    Gracias “tripa”, yo ya te amaba. Dijo. Y se metió a dormir. 
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