1. 53.4 El señor Cheng-Gong


    Fecha: 07/09/2017, Categorías: Incesto Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... glúteos y los besaba sin parar.
    
    -Tienes los culos durísimos, te los voy a comer a mordiscos. -los abrí un poco separando mis piernas, su lengua solo lamía la redondez de mis nalgas y sus dientes arañaban la suave piel que las cubría, quería que llegara más adentro, donde se unen las dos y ocultan el agujero que tanto placer me da.
    
    Lo hacía en plan de broma, para hacerme reír con sus ocurrencias, dándome grandes mordiscos sin llegar a apretar sus dientes, levanté un poco mi culo y bajó más mi pantalón, metió sus manos y sus dedos llegaron a la entrada de mi ano, se tiró encima de mí, se bajó su pantalón y jugaba restregando su miembro sobre mis glúteos, luego se quedó tranquilo cubriéndome con su cuerpo, encima de mí y amoroso besaba mi cuello.
    
    -Te amo, te quiero putito bello. –se quedó así unos minutos besándome sin descanso y mordiendo mis labios cuando yo giraba mi cabeza, algunas veces levantaba su cuerpo para dejarlo caer y que yo sintiera la fuerza de su polla.
    
    -Gonzalo me vuelves loco. -cogí su verga con mi mano y la metí entre mis piernas, se movía follándolas y yo las apretaba para impedirle que saliera de ellas.
    
    -Dame tu polla, la quiero, dame por el culo por favor Gonzalo, hazlo ya. –mi voz era una súplica.
    
    Se levantó y me terminó de quitarme el pantalón y el suyo mientras yo me quitaba la chaqueta quedado desnudo ante él, se retiró su chaqueta y se tendió a mi lado abrazándome por la espalda.
    
    -Levanta tu pierna. –me la quería meter en esa ...
    ... postura que me encantaba, aunque para él resultaría trabajosa pero me dejaba una mano libre para acariciar sus piernas, o pasarla por su cuello para ofrecerle mi boca cuando quisiera.
    
    El abundante precum que desprendía su polla era suficiente lubricante, mi culo estaba deseoso y dispuesto para recibirla, la dirigí hacía la entrada mientras él acariciaba mis tetillas, mi abdomen y llegaba a mi pene para masturbarlo, yo jugaba con la suya pasándola en la entrada de mi culo dejando su precum en él.
    
    Penétrame ya, por favor métela. -tiraba mi culo para atrás buscando la penetración y entonces Gonzalo empujó sus caderas metiendo en mi la mitad de su verga. Como siempre me impresionó su grosor y el que me abriera de golpe estirando al máximo los pliegues de mi ano, ronroneé placentero y tiré de su cadera para que continuara entrando en mi recto.
    
    Levanté más la pierna para que ganara espacio y pudiera acercase más a mi cuerpo hasta que sentí los pelos de su pubis acariciando mis nalgas.
    
    -Así mi amor, así, que placer me estás dando, sigue así. -giré la cabeza para buscar su boca y que me besara y pasé mi brazo por su cuello dejándole que fuera él el que sostuviera mi pierna.
    
    Continuó moviéndose y a veces me movía yo para dejarle descansar, nuestra nivel de excitación difícilmente podría llegar a más, pero era tan placidas, tan sentidas las sensaciones que me unían a él que ralentizaba mis movimientos para retardar mi eyaculación.
    
    -¡Ay!, Gonzalo me voy a correr no podré ...
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