Yegua domada (2)
Fecha: 16/10/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Anabella, Fuente: CuentoRelatos
... cabello y la agarré del mentón, diciéndole:
-¿Viste que fácil que aprendés a hacer caso?
Le estrujé las dos tetas, moviendo mis manos desde la base hasta los pezones; ella gemía sin resistirse; después de estudiarlas durante un rato, le dije:
-Si trabajás conmigo, le vas a hacer una buena turca a todos los clientes, te voy a enseñar a usar eso que tenés. Ahora, andá a sentarte allá –agregué, señalándole el sofá de enfrente y dándole un chirlo en el traste.
Leticia se fue a sentar e hizo ademán de acomodarse el corpiño; le hice una seña para que se quedara quieta.
-No, nena, quedate así. Vas a estar toda la reunión con las tetas al aire.
No sé de dónde sacó el coraje para protestar, pero alcanzó a decir:
-¿Por qué?
La miré con tanta fijeza que dejó las manos quietas. Le respondí:
-Porque a mí se me cantan las pelotas.
La segunda en llegar fue Denise, la chica con cuerpo de modelo a la que yo literalmente había cagado a pedos. Mamá le abrió la puerta algo tensa, y lo primero que Denise vio fue a Leticia con las tetas al aire. Al parecer, iba a hacer un comentario, pero enseguida me vio a mí y se calló. Tenía puesto un enterito de cuero negro ajustado; se acercó para darme un beso en la mejilla; la agarré de la cabeza y le di un chupón en la boca, al que ella respondió de inmediato; después se dio vuelta para sentarse junto a Leticia, pero yo le dije, palmeándome una pierna:
-Vení acá, Denise.
Titubeó apenas, pero enseguida se sentó en mi ...
... regazo, bajando la cabeza de inmediato.
-Decime algo, nena, cuando laburabas… ¿te hicieron muchas lluvias doradas?
Me miró azorada.
-No, nunca.
-¿Nunca?
-Nunca.
-¿Por qué? ¿Te da asco la meada del hombre?
-Sí, mucho –me dijo con determinación.
-Pero mirá lo linda que sos… -le dije, primero acariciándola en el rostro y después tomándola del mentón-. Esa carita es ideal para ser meada. Vas a aprender…
-Pero no me gusta –dijo ella, mirando a mamá y a Leticia.
En ese momento llegó María, la arquitecta malograda; observó toda la escena con detenimiento, me dio un suave beso en la boca y se fue a sentar al lado de Leticia. Yo seguí mi charla con Denise.
-Escuchame, Denise, vos sos la más puta de las que están acá... –le dije, cambiando el tono de voz y apretando los dientes- ¿Sabés por qué?
Meneó la cabeza, haciendo un puchero.
-Porque estás acá porque querés. Estas pobres minas se sintieron presionadas por mi madre, que es una puta con experiencia, pero vos podrías haberte ido después de me rajé unos pedos en tu cara… ¿Por qué no te fuiste? ¿Acaso no me llamaste para estar conmigo? ¿Por qué no te fuiste?
Ella meneó la cabeza y musitó:
-No sé…
-Yo te lo voy a decir: No te fuiste porque necesitás un macho con todas las letras… Porque si no, no sos nada. ¿Querés irte ahora?
Volvió a menear la cabeza.
-Bien –le dije-. Ya me voy a encargar yo de que los tipos disfruten con vos; ahora andá a sentarte al lado de aquella despechugada; ...