1. Mi hija y su padre


    Fecha: 25/10/2019, Categorías: Incesto Autor: CarmenA, Fuente: CuentoRelatos

    ... caliente, en el interior de su culo, gritaba ahhhhhhhh, ahhhhhhh, muy repetidos, mientras me bañaba toda la cara con los jugos de una tremenda corrida de ella.
    
    Yo también tuve un fuerte y prolongado orgasmo que me dejo exhausta y muy feliz. Así quedamos abrazados un rato, hasta que mi marido se levantó y yo me salí de debajo de mi hija, que reía y lloraba de felicidad y placer. Nos abrazamos los tres y nos besábamos, dándonos los tres las gracias, por lo felices que nos hacíamos unos a otros.
    
    Después de lavarnos, nos dispusimos a dormir, los tres juntos, mi hija en medio y los tres medio abrazados.
    
    Por la mañana me desperté con una agradable sensación. Mi marido estaba a mi lado, besándome y acariciando uno de mis pezones. Al verme despierta, me tomo de una mano y me llevo a la otra cama. Mi hija estaba profundamente dormida todavía. Se tumbó boca arriba en la cama y me pidió que me pusiera arriba, para hacernos un sesenta y nueve. Su gruesa polla la tenía ya dura y me dedique a lamerla por los lados y después sus huevos, hasta tragármela completamente y darle placer con mi lengua.
    
    El, mientras tanto, me comía el coño con una nueva sensualidad, me pasaba la lengua a todo lo largo y se detenía en el clítoris, me metía dedos en mi vagina y me hizo correrme enseguida. Después cambiamos de postura, yo me subí sobre él, mirándolo a la cara y me la fui metiendo en mi monadismo y palpitante coño, me masajeaba las tetas, acariciando los pezones y yo saltaba sobre él, ...
    ... con sensualidad, con suma lujuria, con unos placeres renovados, me movía en círculos, subía y bajaba medio loca, sudaba y mis largos cabellos se pegaban a mi cara enfebrecida de pasión y lascivia incontrolada, le arañaba el pecho, los hombros, los brazos, incontroladamente y el me daba fuertes cachetes en mis nalgas y me enardecía aún más, hasta que me llego un orgasmo a lo bestia, un orgasmo que me recorría todo el cuerpo y chillaba muy histérica y loca de lujuria y pasión.
    
    Mi marido descargo en mi interior fuertes chorros de abundante leche caliente, que me prolongaba más el cataclismo en el que estaba envuelta y chille, chille mi desbordante lujuria, mi lasciva sensualidad. Giraba y giraba mi cabeza a un lado y otro descontrolada, en la cumbre de mi placer. Mi hija se despertó y vino a mi lado, me abrazaba y besaba, caí sobre mi marido y nos fundimos los tres en un gran abrazo, un abrazo pletórico de amor. Me acordaba de mi hijo, de mi Daniel. Hubiera sido aún más feliz en ese momento, si ese abrazo hubiera sido de los cuatro. Amo a mi marido con locura y a mi hijo y a mi hija y me considero la madre y esposa más feliz del mundo.
    
    Durante el desayuno, que habíamos pedido a la habitación, le pregunte a mi hija si se lo había pasado bien, si había cumplido su sueño. Como respuesta, nos dio a cada uno un beso en la boca, mientras sonreía feliz y con mucha picardía en sus ojos. Le pregunte también a mi marido y nos dijo que estaba súper feliz de vernos tan contentas y, por ...
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