1. Los limoneros II


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... comía, preguntando y queriendo saberlo todo de mi, sobre mi vida profesional sobre todo, no parecía querer indagar aún sobre mi vida afectiva y personal. -En líneas generales conozco en lo que trabajas, ha sido suficiente mirar la página de tu empresa y buscarte y lo que he podido sacar a Luis. Eres muy joven para haber alcanzado el puesto que ocupas, tienes que resultar muy bueno en lo tuyo. -No lo creas, ha sido todo cuestión de suerte e influencias. El padre de mi jefa es el dueño de la empresa y mi jefa es mi amiga, ya ves, no ha sido por méritos propios. Ella no quiso que nos separáramos cuando terminamos los estudios y me llevó como a un perrito faldero tras ella y la sirvo como buena ama que es. -notaba su risa tras la servilleta con la que se tapaba la boca. Cuando reanudó la comida continuaba preguntando. -No hay mucho más que contar, por la página habrás visto a lo que nos dedicamos y mi trabajo consiste en asistir al gran jefe, que por causalidad y dinero, es Marina. Bueno…, es broma como supondrás, ella es una mujer que vale como diez hombres, es hermosa, trabajadora aunque tiene tiempo para tener su familia y haberme dado una preciosa ahijada. -La cansa y aburre viajar y eso me lo encaja a mi, congresos, visitas a colaboradores y clientes potenciales, en fin un trabajo movido y gratificante cuando hago bien mis deberes. Ahora es tu turno. La cena había terminado y pidió para postre una copa de helado de limón batido en champán, sorbí por la pajita y el sabor ...
    ... ácido del limón sirvió de hilo conductor y volviera a pensar en Raúl, resultaban como flashazos que duraban un instante, se me presentaba como hacía mucho tiempo no ocurría, quizá no había sido buena idea el volver, los fantasmas no terminaban de desaparecer. Creo que no causé la impresión tan portentosa que él esperaba entre sus amigos del club, club o lo que fuera, algunos solamente le saludaban con un gesto, hasta que llegamos a una mesa y todos se pusieron de pie para recibirle, tres chicos y dos chicas que no perdieron el tiempo comenzando a besarlo, también a mi me besaron los cinco, debían ser sus íntimos y me aceptaban como uno más, me miraban curiosos y yo los veía apenas por la oscuridad reinante hasta me fui acostumbrando. Después de hablar, muy poco por el ruido que había, me fijé en que las chicas se agarraban de la mano y se las acariciaban como una parejita al uso, y de los chicos no sabría que decir aunque los tres estaban muy atentos de Alberto y, por descontado, de mi que era lo novedoso. Como sucede en estos lugares la bebida se prodigaba y también el baile, Alberto me animó a salir a la pista con sus dos amigas que no dejaban de bailar, aún sentadas, siempre que no se ocuparan de mirarse y hablar. -Te dije que les ibas a gustar… -bailábamos abrazados y sentía bajo mis manos la dureza de su cuerpo, y sus redondos y prietos glúteos estirarse, él pasaba las manos por mi espalda atrapándome muy junto, acoplándose, hasta que sentí como su pene despertaba, apretado ...
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