1. Los limoneros II


    Fecha: 12/09/2017, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... sobre mi vientre, que le hacía sitio para que estuviera cómodo, o así lo debía creer Alberto cada segundo más alterado y cachondo. Habían transcurrido las horas y no me encontraba cansado. -Mi casa está cerca de aquí y no voy a poder llevarte a la tuya, no pasaría un control de policía, es mejor que te quedes a dormir. -sentía cierta molestia en el vientre, su pene cogía una dureza muy poco usual y me moví para acomodarlo mejor, me gustaba sentirlo y notar el calor que desprendía, no tenía sexo desde hacía días y empezaba a apetecerme, esperaba que Alberto me lo pidiera pero debió interpretar mi gesto como un rechazo. -Perdona, no puedo contenerlo. -intentó apartarse y no le dejé abrazando con fuerza su cintura. -Estas muy duro. -elevé la cabeza para mirarle divertido y aprovechó para besarme en los labios, resultaban cálidos y apetecibles, se los mordí y abrí los míos dejando que su lengua entrara y comenzara a jugar con la mía. Si, me gustaba su beso. -Vamos a tu casa. -no me lo podía creer, terminaba de ofrecerme. La carrera por las calles desiertas resultaba divertida, sujetaba mi cintura mientras avanzábamos hasta llegar al portal de su casa, en el ascensor empezamos a desabotonar nuestras camisas y besarnos deseosos. Me llevó de la mano hasta una habitación y terminamos de desnudarnos a velocidad de vértigo. Ya no tenía el pene como lo sentía en el baile, pero no importaba, en breve yo lo pondría a tono, mi larga experiencia era un logro difícil de superar. Su verga ...
    ... me sabía deliciosa y no permitía que la sacara de mi boca, no era una gran verga, suficiente y, eso sí, dura como el hierro, jugosa y deliciosa como me gustan, pronunciadamente curvada hacia el ombligo, una delicia que entraba y salía entre mis labios, dejándome todo su maravilloso sabor algo salado. Le escuchaba jadear y sentía temblar sus muslos por la excitación que mi mamada le producía. -¡Detente Cristian! Quiero metértela ya…, o prefieres hacerlo tu. -resultaba un detalle de su parte, había estado acariciándome el culo y metiendo sus dedos, tenía que saber, a estas alturas, lo tragón que era mi culo, lo caliente que lo tenía, y lo deseoso que estaba por recibirle. -Quiero que me folles y me des toda tu verga Alberto mi culo es un volcán esperándote. -y no tuve que esperar mucho para que me colocara arrodillado y sentirle la polla apretando para invadirme el culo, y me follaba montado en mi espalda con fuerza y saña, entrando y saliendo hasta el glande, rugía como un león y respiraba agitado, lo sentía delicioso y riquísimo como me taladraba el ano, y entonces me dio la vuelta, saliéndose, para volver a envainarse en mi culo pero ahora suave, gustando el roce de mi ano y como yo lo apretaba, a veces dificultándole en su avance. -Me gusta Cristian, tu culito es un bálsamo caliente y dulce. -se detuvo para comenzar a besarme pasando sus labios por toda mi cara y morderme las orejas, yo le rozaba con mis piernas las suyas y mis manos no dejaban de acariciarle el cuello. Me ...
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