1. Maria, la barbie madura


    Fecha: 29/11/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... mía. Quise besarla en la boca, pero no me dejó. Empezó a darme besos en el cuello que pronto se convirtieron en pequeños mordiscos. Ella jadeaba cada vez más, sin duda el contacto de mi polla con su vagina a través de los leggings estaba a punto de provocarle un orgasmo.
    
    Empezó a mover sus piernas y su pelvis más rápido, mientras su espalda presionaba mi tronco y me empujaba contra la pared. Intenté mirar como mi polla aparecía y desaparecía entre sus muslos, pero entre mi cara y sus piernas se interponían sus tetas y no podía ver más allá. Botaban al ritmo de sus movimientos. Tulgentes, desafiantes, erguidas! Enormes, redondas y duras como una bola de petanca. Apenas había separación entre una teta y otra y su estrecho canalillo todavía estaba mojado por sus babas.
    
    - Te gusta lo que hace mami? Crees que no me fijo en cómo me miras en el bar?
    
    - Joder María! Me corro! Me coooorro!!!
    
    - Eso es! Saca tu leche para mami! Córrete para mami!
    
    Mis huevos se contrajeron violentamente y estallé. La primera explosión de semen casi llegó hasta la acera de enfrente del callejón. María miraba fascinada como salía el líquido.
    
    - Muy bien! ese es mi chico! que no quede nada en esas pelotas!
    
    Acabé de correrme mirando su cara, con el rimmel corrido, y su blusa, con los botones abiertos, enseñándome su sujetador. Fue glorioso!
    
    - Quiero follarte María!
    
    - Tengo que irme o mi marido se preocupará...
    
    - Pero María....
    
    Metió mi polla en el pantalón, subió la cremallera ...
    ... y dio media vuelta.
    
    - Nos vemos pronto cariño!
    
    Vi cómo se alejaba y yo era incapaz de moverme. Seguía con mis manos tras la espalda y contra la pared como si ella aún estuviera a mi lado. Vi alejar su culazo embutido en sus mallas, totalmente embobado, hipnotizado, hasta que giró la esquina, guiñó un ojo y lanzó un beso al aire. La mujer de mis sueños me había masturbado en plena calle y yo seguía ahí, inmóvil. Sin duda era el inicio de una nueva vida para los dos. O al menos eso esperaba...
    
    El fin de semana se hizo interminable. Quería que pasara rápido y llegara el lunes para ir a ver a María. Si no me masturbé 10 veces no lo hice ninguna. Tenía ganas de verla y saber cómo iba a reaccionar después de lo que había pasado.
    
    Por fin llegó el lunes y me presenté en el bar a la hora de siempre. Entré por la puerta y nos miramos a los ojos. Su sonrisa de siempre, su mueca, su simpatía, como si nada hubiera pasado.
    
    - Lo de siempre cariño?
    
    - Sí, gracias.
    
    Me sirvió el café. Llevaba su falda negra de siempre hasta la altura de las rodillas y una camisa blanca con varios botones abiertos. Pero esta vez había algo diferente. No lograba ver las marcas de su sujetador en la camisa... ¿era posible que no llevara? se agachó a buscar unos vasos y mis sospechas se confirmaron. No llevaba sujetador! Pude ver perfectamente su canalillo y la forma interna de sus senos, y no había nada que los sujetara. Sin embargo estaban tan levantados y redondos como siempre. ¿Era posible ...
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