La historia de Claudia (15)
Fecha: 14/09/2017,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... detuvo el castigo y sofocada por el esfuerzo y la calentura le metió los dedos en la entrepierna. Hurgó un poco en la concha y los retiró empapados de flujo.
-Está chorreando nuestra perrita... dijo y lo cierto era que ellas dos estaban igual de cachondas y con muchas ganas de entrar en acción.
-A la cama, perrita. –ordenó Jimena y Laura trepó al lecho y permaneció allí en cuatro patas mientras la chica abría una de las puertas del placard y sacaba un cofre de madera labrada que extendió a Natalia con una sonrisa:
-Mirá mis chiches... –invitó y la otra lanzó una exclamación cuando abrió la caja:
-¡Ay, ay, ay, Jime, qué cositas tan interesantes!
Había allí bolitas chinas, dos vibradores, uno de ellos color piel, imitación perfecta del pene, de 20 centímetros por 3, otro más grande de color azul, de extremo ovalado y con un largo de 22 centímetros por 4 de ancho, y un dildo anal de 10 centímetros por 5, con forma de cono y base plana, que de inmediato llamó la atención de Natalia:
-Ya lo imagino en el culo de nuestra perrita... –dijo excitada.
-Sí, y lo bueno es que cuando una lo mete no se sale, por la forma de la base, ¿viste?
-Genial. –dictaminó Natalia y dirigiéndose a la cachorra le ordenó que las desnudara.
Laura bajó de la cama a lo perra, apoyando primero sus manos en el piso y después las rodillas y esperó en cuatro patas que le ordenaran por cuál de los dos empezar.
-Primero ella que es mi invitada. –dijo Jimena y Laura le quitó a ...
... Natalia las zapatillas y dudó en ponerse de pie para poder continuar con la tarea si no se lo ordenaban. Jimena se dio cuenta, rio y dijo:
-Claro, jeje, me había olvidado de que sos una perrita amaestrada. Vamos, arriba y seguí.
Laura entonces deslizó hacia abajo con algún esfuerzo el ajustado jean azul por las hermosas piernas de Natalia y conteniendo a duras penas la tentación de acariciar esos muslos terminó de quitárselo respirando agitadamente. Luego le sacó la remera celeste para encontrarse con las voluminosas tetas de la chica, que le arrancaron un suspiro. Por último le quitó la tanga hilo dental y jadeando de calentura volvió a arrodillarse para descalzar a Jimena mientras la otra se tendía de espaldas en la cama y llevaba una mano a su concha, que despedía ya abundante flujo.
Con Jimena ya sin zapatillas, la cachorra, arrodillada, desprendió uno tras otros los botones de la minifalda de jean con dedos temblorosos y la fue bajando lentamente mientras se deleitaba en la contemplación de los muslos largos y admirablemente torneadas que se ofrecían a sus ojos. Quitó después la minúscula tanga negra, por último la musculosa y quedó temblando de excitación aguardando las órdenes que la introducirían en el placer tan ansiosamente deseado.
Jimena, tan caliente como las otras dos, miró a Natalia, a la que veía desnuda por primera vez y le dijo:
-Mmmmhhhh... qué buena estás, Naty... –y la rubia devolvió el cumplido con una sonrisa sin dejar de tocarse:
-Vos ...