1. Capitulo 7


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Dominación / BDSM Gays Sexo con Maduras Autor: siervamadura, Fuente: xHamster

    ... que esté siempre. Pero estas mojada cómo una perra en celo”. Me la soltó y me puso los dedos delante de la boca. “Abre y lame. Límpiamelos.” Hice lo que me dijo. “Bien, te explico. No te han detenido. Te he mandado a una asociación de Amos, donde tratan a los perros rebeldes y los amansan. Los conozco hace tiempo. Lo de comprar la revista, era para que el quiosquero, que pertenece a ese grupo, supiera a quien tenían que llevarse. He querido que vivieras una experiencia nueva para ti.” Respiré aliviado. Al final, era un juego, duro pero juego. “Alguna vez te volveré a llevar, pero para algo más duro. Ese que llaman el burro, ya sabes que es un auténtico sádico. Te dejaré en una habitación, sólo con él y con una chica que siempre viste ropa de camuflaje y que es también muy dura y sádica. Así que no me des motivos. La cerda, ya ha estado varias veces con ellos.” No dije nada pues no sabía la reacción que tendría. Tampoco dije que a esa chica, ya la había visto y lo que hizo a ese que estaba en el suelo.“Bien, (siguió, poniéndome las manos en la cintura y apretándola), ahora, levántate un poco.” Empecé a levantarme para que me saliera la polla, pero me dijo “Del todo no te ...
    ... la saques”. Ya tenía más de media fuera, cuándo agarrándose a mis caderas, dio un empujón hacia abajo, volviendo a ensartarme. Me levantó otra vez, sacándosela casi toda, y otra vez para abajo clavándomela. Hizo este movimiento varias veces y al final, me apretó hacia abajo, sujetándome fuertemente y pegando su boca a mi espalda, y noté en mis tripas el calor de su leche. “Puta, cuánto me gusta tu coño apretando mi polla, Voy a renunciar a dilatártelo. Para eso, ya tengo el culo de la cerda. Estate quieta y espera que se me baje dentro de ti.”. Me dolía bastante, pero no me atreví a hacérselo notar, al fin y al cabo me había entregado a él. Volvió a poner el video y se relajó besándome el cuello y acariciándome la espalda. Al rato, noté que la polla, perdía dureza, ya no me hacía daño. Me dijo que me levantara ya. Así lo hice y ví que sus muslos, huevos y polla, estaban pringados de restos de su leche y de suciedad y flujo de mi coño. “Usa la lengua para limpiarme” me ordenó separando las piernas. Me arrodillé entre ellas, y me dispuse a limpiarle sumisamente, pasando mi lengua por todos los sitios que vi sucios, mientras me acariciaba la cabeza como a un perro.continuará 
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