La historia de Claudia (8)
Fecha: 21/12/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
La jornada laboral del lunes transcurrió para Claudia dentro de lo habitual. Salió vestida tal como le había ordenado Blanca. En la calle cosechó piropos y alguna que otra insinuación grosera. Entrevistó a seis comerciantes, dos de los cuales firmaron el precontrato de pautas publicitarias, y a las 5 de la tarde estuvo de regreso en la radio. Ernesto la estaba mirando desde su escritorio. Se le acercó y al saludarlo con un beso en la mejilla le dijo:
-Supongo que no comentaste nada.
-Quedate tranquila. -le respondió el joven y Claudia, confiando en él, suspiró aliviada. Después escuchó comentarios de todo tipo respecto de su nuevo corte de pelo, en general aprobatorios y poco más tarde iba camino a la veterinaria.
Se sentía tranquila y dispuesta a llevar a cabo exitosamente la cacería. "Si la señora dice que esa chica es una sumisa seguramente lo es y yo tengo que llevársela el miércoles. No le voy a hacer caso si me pone inconvenientes. Tengo que llevársela a la señora el miércoles." –pensó decidida.
Cuando entró en el local la rubiecita estaba acomodando unas bolsas de alimentos para perros en el estante donde se exhibían. Escuchó el taconeo y se dio vuelta.
-Hola ¿cómo estás? –saludó reconociendo a Claudia y acercándose a ella para darle un beso en la mejilla.
"Huele rico" –pensó la joven y le dijo: -Te acordás de mí ¿no es cierto?
-Claro, vos sos la perr... la chica que estuvo el sábado con esa señora.
"Iba a decir la perra" –se dijo Claudia. "La ...
... señora tenía razón, es una sumisa." –y se sintió definitivamente segura de que iba a tener éxito en la cacería.
-Sí, soy yo. –dijo. –La señora me ordenó que te llevara ante ella.
La rubiecita fingió una sorpresa que en realidad era alegría y dijo:
-Pero... pero ¿para qué me quiere?
-Sabe perfectamente que sos una sumisa como lo soy yo, una perra como lo soy yo y quiere tenerte, como me tiene a mí.
La rubiecita se puso colorada. Desde el sábado no había dejado de pensar en esa mujer. Era sumisa, sí, claro que era sumisa, aunque todavía sin ninguna experiencia y vivía anhelando entregarse a quien supiera dominarla a fondo.
-Tengo que llevarte ante ella el miércoles, así que decime a qué hora cerrás y te vengo a buscar. –le dijo Claudia.
-Bueno, es que el miércoles yo...
Claudia la interrumpió con una actitud de perra de caza que iba cercando a su presa:
-No, no, no. –le dijo. –Ninguna excusa. La señora se enojará mucho si no te tiene ante ella el miércoles y cuando te agarre te lo va a hacer pagar, así que te vengo a buscar el miércoles y punto. Decime a qué hora cerrás.
-A las ocho. –dijo la vendedora con un hilo de voz.
-A esa hora estoy acá. -dijo Claudia y le preguntó su nombre.
-Laura.
-¿Cuántos años tenés?
-Diecinueve.
-Bueno, Laura, el miércoles a las ocho estoy acá. –dijo la joven. Se despidió de la chica dándole un beso en la mejilla, muy cerca de los labios, y abandonó el local con el orgullo de haber realizado la misión que ...