Riberas del Donetz
Fecha: 06/01/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... heno… Lo malo era que su frente tenía un feo orificio que todavía manaba un tenue hilo de sangre. Y lo peor, que el granero se encontraba casi al otro extremo del sector que la Compañía cubría, lo que indicaba que el intruso se había deslizado ante las narices de todas ellas, ante las líneas de centinelas establecidas y ante todo el complejo de trincheras en la mayor impunidad, sin que nadie se hubiera apercibido de su presencia, de su paso por ahí.
Soia Valentinovna reunió a sus suboficiales y jefas de pelotón y durante veinte minutos les estuvo despotricando a mansalva
·¡A vosotras os va demasiado bien! ¡Estamos en guerra y aquí todo el mundo anda pensando en camas y tíos “bien armados”!... ¡Pues se acabó la buena vida y los sueños venéreos! ¡Alarma, alarma general! ¡Patrullas reforzadas por todo el sector!....
Cuando acabó la perorata para todo el auditorio quedó más que claro que el repertorio de juramentos, palabrotas y blasfemias de todo tipo de la capitán Valentinovna no tenía parangón en el mundo entero y parte del extranjero. La propia capitán salió en descubierta armada hasta los dientes, como la totalidad de sus fusileras, quedando en el atrincheramiento sólo el teniente Víctor Ugarov con una radiotelegrafista y la capitán médico Galina Ruslanovna que metió el dedo en la llaga cuando dijo a Ugarov
·¿Crees que sea el del gorro gris de punto?
·No lo sé… Puede… Pero, ¿qué más da? Tenemos a Stella Antonovna y un ramillete de fusileras más, mejores, ...
... incluso, que él…. ¿Qué puede pasar pues?
·Nada de particular; sólo que pavimente el atrincheramiento con cadáveres que luzcan un hermoso orificio en plena frente…
Ugarov, huraño, la dejó plantada para dirigirse a otro lugar donde no le pronosticaran semejante tragedia, que ya le valía a la Ruslanovna y los ánimos que daba la camarada doctora…
Pero las medidas tomadas por Soia Valentinovna no parecían dar resultado positivo alguno pues todos los esfuerzos por localizar al insolente intruso resultaron baldíos. Pero, en cambio, las malas noticias se acumulaban casi que por minutos, pues recibió el parte de que cinco milicianos rojos habían sido despenados de disparos en la frente mientras descargaban bagajes en una posición de artillería. Cinco milicianos muertos en menos de un minuto, pues no les dio tiempo a nada, y menos que a nada, a resguardarse: Habían aparecido juntos, mostrando bien a las claras que descargaban vituallas en el momento de morir; todo un cargador disparado en segundos, proyectil tras proyectil… Pero eso no era todo, pues esos milicianos habían sido tiroteados detrás de las líneas de la Compañía, entre la Compañía y el mando del batallón. Item más, cuatro horas después, cuando la madrugada iba bastante más que mediada, otros dos “guripas” rusos sufrieron la misma suerte del disparo, más o menos, entre ceja y ceja. Y en otro lugar distinto y distante del anterior; dos soldados que regresaban a su posición tras visitar a unos “colegas” en una posición no ...