Mi Karen
Fecha: 11/01/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos
... tomas tú, te vas o te quedas pero sin ningún derecho. —me voy, no te preocupes. Después de más de dos horas, Daniela salió con una maleta, y toda su ropa. Era algo que yo no lamentaba, se murió nuestro amor por, un enemigo en casa. De Carlos, ya se encargaría Daniela, una cosa era andársela cogiendo, y otra muy distinta soportar su carácter, voluble y convenenciero. El muy miserable, cobardemente me pidió que no dijera nada a la familia, lo maldije y escupí a sus pies —¡maldito cobarde! quédate tranquilo, tampoco me gusta exhibirme como un vikingo. Pero cuídate de hacerme una porque Daniela y tú se van acordar, una a una, de las letras de mi nombre. Tenía que explicar esto, porque en realidad ese par dejo de existir para mi ese mismo día. Volviendo a la salida de Daniela de mí casa, Karen se fue a su cuarto, la deje que desahogara su tristeza, no tenía objeto echarle más tierra a su madre.
Pasaron varias semanas, en las que prudentemente no visite la recamara de mi nena, un día por la tarde, al regresar de trabajar. Karen me preparo una ligera comida, era la primera vez que lo hacía, y puso mucho empeño en ello. Me veía con mucha ternura, sus días de tristeza habían llegado a su fin. Se había bañado y lucia arreglada, me dijo que quería que saliéramos a pasear. La vi tan contenta y dispuesta, que no pude negarme. La lleve al teatro y vimos una comedia muy buena con situaciones bastante chuscas. Nos divertimos mucho. De regreso a casa, Karen se recargo sobre mí y su ...
... cabeza reposaba en mi pecho, me sentí mal, porque seguramente lo hacía sin malicia, en cambio a mí me estaba excitando el calor de su cuerpo, manejaba con los nervios crispados, y manos temblorosas, en lugar de carros, veía la figura desnuda de mi Karen, sonriente a través del parabrisas, como diciendo ven, tómame, hazme tuya. Sacudí mi cabeza, y mi nena noto mi perturbación —¿pasa algo papi? —nada mi reina, solo que me hace muy feliz tu compañía. De pronto me sentí celoso, al pensar que mi nena tuviera novio, y comente. —seguramente el también pasa momentos muy agradables contigo. Calló unos instantes y después me dijo —nada serio, al menos no lo veo muy interesado, y creo que yo tampoco. Llegamos a la casa, y me extraño el hecho de verla esperando a que terminara de estacionar el auto. Me reuní con ella y me tomo del brazo, entramos a la casa, y trate de liberarme. Le di un beso y cada quien a su cuarto, pero mi nena no lo permitió, se aferró a mi brazo y me dijo: —te acompaño a tu cuarto.
Abrí la puerta pensando que ahí nos despediríamos, pero me empujo y me llevo hasta mi cama. Me obligo a sentarme y me ayudo a quitarme los zapatos. —recuéstate, quiero platicar un rato contigo, mi instinto me indico peligro, y quise despedirla, pero estaba tan contenta y solícita conmigo, que me falto valor para imponer mi voluntad. Se veía tan linda tan tierna, tan seductora. Y yo me sentí tan nervioso, y tan curioso, que cuando se quitó sus zapatillas y vi sus pies desnudos empecé a ...