De palos y astillas
Fecha: 25/01/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... la vista hacia la pantalla, olvidándose de acabar con el espectáculo. Al contrario, las abrió un poco más e incluso se rascó la ingle descuidadamente.
Dejé de mirarla. Yo también me centré en el televisor, aunque notaba la mirada de la chica, de reojo, sin duda retándome. Preferí acabar con el juego drásticamente así que desperté a Inés, te has dormido cariño, sí estoy muy cansada, para acompañarla a la cama y acostarla. Después del beso de buenas noches, crucé el salón, despidiéndome de Olga que me miraba inquisitiva con las piernas aún más abiertas.
Tuve que pegarme una ducha fría al llegar a casa. Más para tranquilizarme que porque la cría me hubiera excitado, pues no lo había logrado. Intuí que la chica quería retarme, provocando que saltara, así que decidí ningunearla. Aunque no entendía qué la llevaba a ello.
Salí con Inés un par de veces más, antes de volver a su piso. Habíamos ido al cine, paseado por la playa y me invitó a tomar la última copa. Olga parecía que no estaba, pero se había encerrado en su habitación como solía. Estábamos en el sofá cuando Inés se levantó para ir al baño. Como si su hija nos hubiera estado espiando, apareció por la estancia vestida solamente con un tanga negro y una blusa de verano que no le cubría el ombligo. El tamaño de sus pechos tiraba de la fina tela marcando perfectamente su contorno, así como dos apetitosos pezones se clavaban en ella, duros como escarpias. Me miró por encima del hombro, altiva, paseándose por el comedor ...
... mientras se paraba delante de mí dándome la espalda, se doblaba hacia adelante buscando no sé q ué en el mueble, mostrándome unas nalgas más apetitosas aún que las de su madre. Aunque me costó, la ninguneé de nuevo. Su respuesta fue girar la cara hacia mí, calibrando mi reacción. Al no haberla, se incorporó y volvió a su habitación antes de que su madre la pillara.
Esta vez sí hubo mamada en el sofá. Al salir del baño, había entrado en el cuarto de Olga que le había confirmado que se acostaba, por lo que no tuvo inconveniente en vaciarme. Tengo ganas de chupártela, me dijo al oído. Lo que Inés no supo es que me corrí en su garganta recordando un culo ajeno.
***
Las vacaciones de verano se acercaban, aunque supusieran algún que otro quebradero de cabeza. Tengo despacho propio, un pequeño bufete de abogados con un pasante y una secretaria, así que me organizo como me conviene. Agosto suele ser un mes muy flojo, por lo que acostumbro a tomarme tres semanas de asueto entonces. Inés, por su parte, cada año debe cuadrarlo con sus compañeros de trabajo, pero este ejercicio le tocaba agosto.
Llevábamos semanas planeando irnos una quincena a algún sitio, ella quería playa, pues pasaba una semana con sus padres en un pueblo del Pirineo. Me pareció lógico que viniera Olga, aunque pensé, deseé, que se fuera con amigos a la otra punta del mundo y me dejara disfrutar de nuestra primera salida larga como pareja. Pero no fue así. Solamente estaríamos solos seis días para los que ...