1. De palos y astillas


    Fecha: 25/01/2020, Categorías: Incesto Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos

    ... compré billetes y estancia para Croacia y la Costa Dálmata. Para los diez días que seríamos un trío alquilamos una casa en la Costa Azul francesa y la semana que me quedaba solo Jorge me había invitado a acompañarle a una propiedad familiar que tenía en Ibiza.
    
    Con todo organizado, julio fue avanzando. Para nuestra sorpresa, Olga estaba cada vez menos en casa por las noches, algo que yo agradecía pues podía follar con Inés con relativa tranquilidad y la niña no me buscaba las cosquillas. Aún así, las miradas lascivas y las provocaciones por parte de la cría continuaban, pero yo no pensaba darme por vencido.
    
    Acababa el mes, salía del despacho tarde debido a la punta de trabajo típica antes de vacaciones, cuando llamé a Inés para vernos. Era martes o miércoles, no lo recuerdo, pero contenta me invitó a cenar en casa pues Olga se estaba preparando para salir de nuevo. Compré japonés para llevar en un local que habían inaugurado hacía poco cerca del trabajo y me encaminé hacia otra velada con mi amada. No me quedé a dormir pues viajaba a la mañana siguiente cuando me encontré con un espectáculo inesperado.
    
    La calle en la que viven madre e hija es de doble dirección, de concurrencia escasa durante el día, pero de difícil aparcamiento. Así que me había acostumbrado a dejar el coche en una de las travesías transversales que rodean el edificio, donde solía haber plazas libres. Monté en él cuando vi a una pareja liándose en un Golf negro aparcado en diagonal al mío, en una ...
    ... zona con relativa penumbra. La escasa luz sólo me permitió ver a una chica rubia besándose con un tío de pelo muy corto o rapado. Supe que era Olga al instante, pero lo confirmé en uno de los movimientos de cabeza de la chica en que pude contemplar claramente su perfil. Llegué a poner el coche en marcha para dejarlos tranquilos, cuando el morbo me detuvo. La hija de mi novia acababa de bajar la cabeza para regalarle al afortunado lo que su madre me había ofrecido por primera vez hacía unos meses.
    
    La diferencia de altura entre ambos vehículos unido a la posición diagonal, me permitió ver claramente como la melena rubia se movía arriba y abajo entre el volante y el estómago del chaval. A él no le veía la cara, solamente una mano agarrándola del cabello. Cuatro o cinco minutos después, Olga se incorporó, bebió de una cañita lo que parecía una Coca-cola defast food, se despidió con un beso y salió del vehículo. Caminó unos pasos, miró hacia el X6 y me vio. Pero no se detuvo, solamente sonrió.
    
    Aquel viernes no salí con Inés. Había quedado con compañeros de la agencia de transportes donde trabajaba para una cena de despedida de un colega que se jubilaba, así que quedamos para ir al cine el sábado por la tarde y luego cena en un argentino que le habían recomendado. Pasé a recogerla una hora antes del inicio de la sesión, como habíamos quedado, pero se disculpó pues aún debía ducharse. Se había echado una siesta, pero debido al cansancio de la noche anterior había dormido más rato ...
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