Las converti en zorritas
Fecha: 28/01/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: TuvecinoX, Fuente: CuentoRelatos
... que te debe importar es que mi polla te siga enculando. ¿Lo entiendes Lidia?
—Siiiiii, me da igual lo que diga mi padre. Jodeme Alfonso!!
Impresionante! —Pensé —Dijo esto mirando a su padre y lamiéndose los labios. Yo estaba fuera de mí y le metía mi polla hasta el fondo. Mis huevos golpeaban contra su culito de modelo de pasarela. Mientras su padre se puso de rodillas y empezó a llorar como un crio mientras gritaba:
—Lidia, zorra de mierda. Para que me he partido la espalda para pagarte una carrera durante estos 6 años sin tu madre. Para que he luchado. Eres una puta de mierda. ¡Explícame que voy a hacer ahora!
El hombre sollozaba sin saber qué hacer. Mientras la hermana que estaba allí de pie me estaba mirando con una carita que no reflejaba enfado. Debía medir 1,75, morena con el cabello largo, los ojos verdes como su hermana, con al menos un 100 de pecho y con el mismo cuerpo de modelo de pasarela que su hermana a la que estaba rompiendo el culo. Cogí del pelo de nuevo a Lidia y le susurré que le dijera a su padre que si pagaba lo que ella valía se la podría tirar como lo estaba haciendo ahora el nuevo vecino. Ella me sonrió y mirando a su padre mientras le caían gotas de sudor le dijo:
—Papi, no te enfades. No es tu culpa que sea así de zorra. Me enseñó mama. Ella me inició en esto de follar con cualquiera, mientras tú estabas trabajando ella se tiraba a los vecinos, a tus amigos, incluso a tu jefe se tiro más de una vez. Pero no debes enfadarte, papi, ...
... siempre lo hacía cobrando por sus servicios. Ahora si tú quieres puedes follarme como te plazca, siempre y cuando pagues lo que vale tirarse a una jovencita de 19 años con mi cuerpo. Seguro que hace mucho tiempo que no te puedes follar a una mujer como yo, ¿verdad papi?
—¿Cómo me puedes decir eso Lidia? ¿Cómo me puedes decir que me dejas follarte si te pago como si fueras una vulgar ramera?
Yo escuchaba la conversación sin dejar de joder el culito de mi vecina, la situación se estaba poniendo demasiado morbosa y yo no iba a poder aguantar mucho. Así que comente:
—Señor, no se lo piense demasiado y pague. Su hija tiene un culo que bien vale lo que pida. ¡Yo no voy a aguantar demasiado!
El hombre sin dejar se sollozar, se levantó, se bajó el pantalón y se acercó a su hija. Le dio una bofetada y le introdujo la polla en la boca. Lidia se la comía al ritmo de mis enculadas mientras su padre iba cambiando los sollozos por gemidos. Como yo estaba a punto de acabar le dije a su padre si me dejaba la boca de la zorra de su hija. El aceptó y cambiamos de posición. El padre se puso dónde estaba yo y le dijo a Lidia:
—Hija, zorra, desde que se murió tu madre te he ido viendo crecer y viéndote como te ibas convirtiendo en una mujer de bandera. Te he visto como ibas con tus amigos con esa ropa de ramera. Te he visto cómo te lo montabas en tu habitación con tus novios. Y yo mientras solo, me conformaba con hacerme pajas imaginando lo que sería meterle la polla a mi niña. Ahora ...