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Las converti en zorritas
Fecha: 28/01/2020, Categorías: Incesto Autor: TuvecinoX, Fuente: CuentoRelatos
... Lidia y su padre, estaban corriéndose como cerdos. Era una corrida espectacular. A Lidia se le caían las lágrimas de placer y su padre estaba fuera de sí. Mientras miraba la escena Susana, la hermanita pequeña empezó a meterse mi polla en su boca mientras me miraba con un poco de rubor. Sin duda a sus 18 años parecía no tener la carrera de ramera de su hermana, pero por algo se debe empezar y mientras Lidia y su padre se encontraban abrazados en el medio del salón, yo me disponía a darme un festín con la hermanita pequeña de mi vecinita. Para empezar quería que entendiese que aunque tenía un cuerpo de puta de lujo el control lo llevaba yo. Así que le agarre con dulzura del cabello para que mi polla entrara hasta el fondo de esa boquita y empecé a follarle la boca sin descanso. Ella estaba a 4 patas entre mis piernas y por momentos parecía que se iba a ahogar pero no se quejaba en ningún momento. Yo le record —Lidia, hija, Ponte a 4 patas que hace tiempo que le tenía ganas a tu culito. Y no te preocupes que pagare el plus de romperte el culo guarra. —Lidia sonrió y se puso a 4 patas rápidamente. Susana que seguía cabalgando se empezó a correr como una verdadera puta. Gritaba y me arañaba y finalmente cayo exhausta encima de mí. El padre ya había empezado a encular a Lidia y me dio un poco de envidia, así que hice bajar del sofá a Susana y la puse a 4 patas y sin mediar palabra le clave mi polla en ese culito que debía ...
... ser virgen porque estaba muy apretado. Ella grito como una zorra pero pronto empezó a acompañar el vaivén de mis acometidas. La cara de Susana, a quien yo le estaba dando por el culo, y la de Lidia, que estaba siendo en enculada por su padre desde el otro lado, quedaron justo una enfrente de la otra, así que aprovecharon las dos para morrearse mientras nosotros las enculabamos. Su padre se volvió loco al ver la escena y empezó a encular con fuerza a Lidia mientras escupía e insultaba a las dos hermanas. La situación estaba llegando al límite, mi polla ya estaba a punto de acabar y el viejo no debía estar mucho mejor. Las dos hermanas pararon de morrearse y se acostaron boca arriba esperando que nos corriésemos en sus bocas. El primero en correrse fue su padre, pero en realidad hubo poco margen entre nuestras corridas, con lo que casi pareció un solo chorro multiplicado por dos. Me preocupe de observar bien como nuestros chorros iban a parar a sus caras y sus tetas, que quedaron todas llenas de aquel líquido blanco y viscoso. Las dos zorritas nos limpiaron las pollas y el padre se empezó a vestir y saco un fajo de billetes que tiro encima de las dos hermanas que se estaban morreando de nuevo. Se alejó y salió del piso. Mientras yo, desnudo y con dos bellezas morreándose a mis pies pensaba en todas las aventuras que podía disfrutar teniendo a dos vecinas sumisas con cuerpo de modelos dispuestas a obedecer todas mis órdenes.