VIVENCIAS 5 (GINA, LA TRAVESURA DEL GIMNASIO)
Fecha: 19/09/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: efeso, Fuente: RelatosEróticos
VIVENCIAS 5. (GINA, LA TRAVESURA DEL GIMNACIO)
En mi vida, han pasado infinidad de mujeres, de todos tipos, blancas, morenas, altas, bajitas, con cuerpos esculturales y otras no tan hermosas, pero que tienen un no se que, que que se, yo. Muchos me van a dar la razón, pero no hay mejor experiencia pero sobre todo orgullo el saberse el primero en la vida de una mujer. Eso las marca. Bueno, también tienes que saber hacerlo, no solo es llegar y clavar el pene en la vagina, hay que tener tacto para guiar a tu compañera, y que sea DE su primera experiencia, si no la mejor, por lo menos, inolvidable. A travez de muchos años, por azares del destino, he tenido el honor de ser el primero en la vida de infinidad de chicas y hasta la fecha, la suerte con las chicas de prepa o universidad, me persigue, por lo que puedo decir, que me especialicé en desvirgamiento profesional.
Al regreso de la casa de Fredy, a bordo de un autobús Teotihuacano (o algo así), hice un recuento de todo lo que había acontecido en mi vida en casi un año, Graciela, Lea, Xochitl, Lizette, Anita, Rosario, la escuela, el trabajo, mi independencia, bueno, mi vida era otra totalmente. Sin duda las experiencias sexuales que había tenido hasta el momento, me había ayudado a diferenciar las sensaciones que cada acto provocaba: El desvirgamiento vaginal, anal, el sexo oral, la garganta profunda, la eyaculación en la boca o cualquier otra cavidad, el tipo de piel de mis amantes, el tamaño de sus caderas o de sus ...
... senos, en fin, una lista interminable de características con las que podía hacer comparativas, pero sin duda, lo que más me despertaba el morbo, era el desvirgar a una chica. La experiencia con Graciela fue inolvidable y diferente, ya que los dos eramos vírgenes, pero con mi prima Lea y con Anita, era distinto, eran 2 a mi cuenta, y en ese momento decidí, que trataría de conseguir desvirgar a cuanta chica virgen me diera oportunidad. (jajaja, gran reto. No?)
Fui a la casa a darme una ducha y regresé a la escuela, solo para saludar a Rosario y explicarle por que no fui a la escuela.
Casi a las 2 en punto, en la puerta de salida de la escuela, Rosario salió acompañada de su libro que nunca dejaba, había vuelto a su atuendo anterior. Pero algo diferente flotaba en el ambiente, yo ya sabía lo que había oculto bajo esos trapos de color serio que llevaba como ropas, y ella, como me había dicho el día sábado, me había guardado el precioso regalo, solo para mí.
La saludé con un beso y la invité a comer, fuimos al restaurante de costumbre para después irme a trabajar y platicamos un rato. Le dije lo bien que la pasé en la casa de Fredy, le conte (casi) todo lo que hicimos y que había tratado de regresar temprano para pasar por ella a la escuela. Agradeció el gesto y seguimos comiendo. De vez en vez me perdía completamente en esos hermosos ojos verdes que al sentir mi mirada se ocultaban, volteando hacia otro objetivo. No cabía duda, yo me estaba enamorando de Rosario, y al menos ...