Mis dos familias - 03 de 10
Fecha: 05/02/2020,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... solamente jadeaba y gemía de gusto.
Cuando se cansó de lamerme me sentía vació, me había sacado todo resto de leche del culo, terminó de quitarme la ropa y tiró su pantalón por el suelo, me cogió en los brazos y me deposito bruscamente en la cama.
Comenzó a chuparme la polla, ya he dicho que no la tengo grande pero lograba atragantarse y no dejaba de mamar hasta que sentía que explotaba de placer y eyaculaba en su boca. Sacó la verga y continuó masturbándomela usando como lubricante mi leche que escupió sobre ella. La tenía súper sensible y me causaba dolor.
-Vale, vale Don, para por favor, me duele. -parecía que me había escuchado y liberó mi verga de su mano pero me subió a la cama y me puso arrodillado, se situó detrás de mi, volvió a separarme los glúteos volviendo a abrirme el culo y me penetró salvajemente, la verdad no me hizo daño por lo estirado y flojo que lo tenía.
Su grande y gorda polla entraba rasgando deliciosamente mi recto y empezó a martillearme el ano con fuertes embestidas, golpeando con fuerza sus colgantes y gordos testículos en los míos bastante más gordos, ahora si sentía un desgarrador dolor al querer entrar más de lo que yo permitía.
Entraba en lo más profundo y luego salía dejando solo la cabeza del glande en mi culo con penetraciones muy rápidas, yo me sujetaba con fuerza a la sábana mordiéndola para amortiguar el dolor y contener los gritos que querían escapar de mi garganta.
Este hombre terriblemente varonil y masculino, el ser ...
... que más quería me estaba violando, literalmente hablando no sabía lo que hacía y parecía que nunca se iba a detener.
Pero el cansancio logró que los vaivenes se ralentizaran y el placer sustituyo al dolor, poco a poco comencé a vislumbrar el cielo. ahora era la puta de mi hombre, al que quería y deseaba, no a esos de encuentros rápidos que solo conseguían aplacarme. Me llenaba por completo el recto y me sentía más entregado que una puta a su cliente.
Se recostó sobre mi espalda descansando, y entonces se volvió dulzura derretida besándome la espalda y pasando la lengua por ella, mordiéndome la nuca y le sentí sollozando en mi oreja.
-Lo siento pequeño, ¿qué te hago? ¡Oh Dios! -giré la cabeza aplastada sobre la cama.
-Sigue Don, no te detengas ahora, estoy bien mi vida, fóllame, no te pares. -pero no me atendió y su verga fue saliendo. No, no estaba dispuesto a que se sintiera culpable y tampoco a que no terminara de follarme.
Lo empujé para que quedara tumbado mirando al techo y busque su verga para mamarla, con ansia loca y deseo irreprimible para que no se le bajara, me senté sobre ella y entro hasta mi barriga. Empecé a montarme en mi macho y a mover el culo en todas las direcciones para conseguir que se corriera.
-Por favor, no me dejes así Don. -era una puta cualquiera, viciosa y guarra hasta donde hiciera falta, yo sería el malo aunque me rompiera el corazón.
Se apiadó de mi y agarro mi verga con la mano y comenzó a moverla mientras yo me follaba el ...