Negación - Capítulo 7
Fecha: 09/02/2020,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: Gonza-Neg, Fuente: CuentoRelatos
... quieres que hable, sabes que hacer – dijo mientras se agarraba el pene, apuntando en mi dirección.
- No me interesa – me crucé de brazos, encogiéndome.
- ¿Y por qué sigues aquí entonces?
- No lo sé – admití.
- Supongo que quieres saber la verdad ¿No es así? – Espero mi respuesta. Asentí – Bien, hagamos un trato… muy simple… tu chupas, yo hablo.
- ¿Qué te hice? – le pregunté, desesperado.
- A mí, nada… ¡Ven! – me tendió una mano. Me acerqué resignado.
- ¿Me dirás la verdad?
- Toda… - nos miramos a los ojos, y los suyos se oscurecieron – Ahora, arrodíllate.
- Necesito una garantía…
- Comienza a mamar entonces… no diré nada más.
Suspire, me llevé las manos a la frente. El parecía divertirse con mis reacciones ante sus provocaciones. - De alguna u otra forma, el Karma existe, y cuando a este bastardo le llegue, yo quiero estar presente para patearle las bolas – pensé. Me arrodille lentamente. Él se mantuvo sentado en la cama, con las piernas abiertas formando una “V”. Me acomodé al centro, quedando frente a sus genitales. Lo miré, pidiendo su venia, tomó su miembro con una mano y lo acercó a mis labios.
- Chupa – me instó.
Tomé su pene con una mano y abrí mi boca levemente, probando. Me había imaginado este momento millones de veces. Pero ningún escenario era tan caótico como este. Me había follado hasta llegar a la gloria, luego, me folló hasta casi la muerte y ahora le daba sexo oral para que me diera información. Yo era un excelente ...
... ingeniero, bailarín y catedrático, pero era un pésimo prostituto.
Saqué la lengua y lamí su glande. Tenía un sabor dulce por los residuos de semen. Descendí con mi lengua por todo su miembro hasta llegar a las bolas, que colgaban pesadas y poderosas. Volví a subir. Repetí el movimiento hasta que su verga estuvo dura en mis manos. Él suspiró.
- No se trata del musculoso con el que te emborrachaste – dijo.
Continué con mi tarea, atento a lo que escuchaba, lo observé, tenía los ojos cerrados. – No es Browny – me relajé - ¿Quién era esa persona entonces? – Abrí mi boca y capturé su glande entre mi paladar y mi lengua, succionando levemente. Jadeó como respuesta. Mantuve su pene ahí, mientras jugueteaba con mi lengua, en el lugar donde otrora estuvo el frenillo. Tensó la cadera y trato de introducir parte del cuerpo de su pene a mi boca. Me alejé como respuesta. Yo controlaría esto.
- ¡Vamos!... me dijeron que sabías mamar… no has hecho nada extraordinario hasta el momento – me acusó.
- No me has dicho nada interesante – le respondí, con su pene comprimido en mi mano.
Volví a introducírmelo a la boca. Succionando su glande, humedeciéndolo con mi saliva, limpiándolo de cualquier residuo del acto carnal del que fue protagonista en esta habitación. Traté de meter más de su pene entre mis labios, pero no llegué ni a la cuarta parte y sentí que no podía introducir más sin empezar a hacer arcadas, era demasiado gruesa para que entrara algo más. Determiné el límite, formando ...