Ya soy el puto del equipo (VI)
Fecha: 17/02/2020,
Categorías:
Lesbianas
Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... me puse sobre él al revés y en frío comenzamos un 69. Se puso mi polla en su boca y yo comencé a lamer su culo, que olía bastante fuerte. Esos olores fuertes del culo me ponen y me creció mi polla en su boca. Parece que no había mamado muchas pollas porque se puso a hablarme y le calle:
— ¡Calla y mama, cabrón!
Ya supe de inmediato que yo tenía que llevar la iniciativa. Y como quería que fuera algo rápido, dada la hora, casi la una de la tarde, pensé que iba a ser un polvo rápido, así que le mamé la polla y dejé su culo, así me ahorraba la fuerza del olor. Cuando consideré que ya estaba casi a punto, con mi mano metí un dedo en mi culo y luego le cogí la mano para que él hiciera lo mismo, lo entendió y comenzó a follarme el culo con un dedo, le indiqué que metiera dos y los metió de golpe, me estremecí y me hizo daño, luego le indiqué que poco a poco meta el tercero. Parece que disfrutaba de mi mamada y de lo que no esperaba.
Se la había puesto dura, todo era cuestión de comenzar en cuanto antes. Me enderecé, me giré de cara a él, tomé sus pies para abrirlos y me senté poco a poco sobre su pubis manteniendo su polla para que me entrara despacio dentro de mi culo. Poco a poco me fui acomodando, llegó toda y me quedé quiero. Comenzó el placer como siempre que tengo una polla dentro, me dan calambres electrizantes por todo el cuerpo, creo que lo hace mi cabeza, el punto del cerebro donde está la base del deseo. En esos momentos estoy que me muero de placer y no llega ...
... aún el orgasmo.
Entonces alargué la mano para recoger el dildo que tenía preparado y apoyándome con la izquierda en el suelo me repantigué sin dejar que se escapara la polla de Calvero de mi culo y le fui metiendo poco a poco el dildo en el culo. Gritaba como una bestia, cada vez que le empujaba para meter unos milímetros, lo sacaba y volvía a meter un poco más y rebuznaba como un burro, pero yo seguía con mis malas intenciones. Lo volví a sacar y a meter un poco más, se puso a rugir como un león. Sin sacarlo empujé un poco más y aulló como un lobo. Decidí sacarle toda la especie animal de su interior y empujé fuerte, ladraba y arrugaba alternativamente como un perro salvaje; lo movía y alternaba entre el relincho de la yegua y el mugir de un toro. Compasivamente lo dejé tranquilo con el dildo dentro, moviéndolo despacio y suavemente para estimularle la próstata y al parecer dejó de sentir dolos y su cara se puso sonriente y los ojos en blanco mirando al techo:
— Ay, ya, hi, ay, hi, hi ya, hi ya, — me pareció distinguir una tórtola gimiendo o una serpiente silbando enroscada en su interior.
Lo que yo sentí fue su orgasmo derramando toda su leche en mi interior. No noté que su polla engordara o palpitara sino que se vino y fue abundante. Y su cara volvió a serenarse y a silenciarse. Me agaché, junté mi cara hacia él y lo besé, metí lengua. Primero se sintió y luego aulló como un coyote lleno de felicidad.
Nos duchamos juntos. Bajo la ducha le saqué el dildo y se lo ...