43.1 Las deudas son para pagarlas
Fecha: 25/02/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... atenderme.
-Es mejor que lo bebas, por favor hazme caso. –su mirada era de súplica y le cogí la copa, sabía ligeramente a alcohol pero no era muy fuerte, tenía un sabor metalizado que resultaba agradable al paladar y después de probarlo bebí el resto de un trago, noté un efecto muy raro, primero en mi estómago, luego como un calor que se iba extendiendo por todo mi cuerpo, eufórico hasta el grado de hacerme pensar que había bebido más de la cuenta.
Telmo se había quitado la ropa y permanecía de pie bebiendo más lentamente su copa, tenía un cuerpo de adolescente perfecto, pero sin definir aún para nada, quizá nunca lo llegaría a hacer, como si se hubiera quedado en un camino intermedio entre niño y adolescente, su pene estaba erecto y vibraba ligeramente, era una verga pequeña, de unos quince centímetros, la tenía muy excitada y se le notaban algunas azules venas. Su vello en la base era escaso y no veía otro en todo su cuerpo, luego vería que algo sí que tenía en sus axilas, aún lo recordaba de aquella primera vez en el despacho de Lucas, adorable e impecable en su belleza.
-Termina ya y comienza tu trabajo. –me había entretenido mirando su bonito cuerpo cuando restalló grave la voz dominante de Faustin. Telmo comenzó una extraña danza, o eso me parecía a mí al no haber música que yo pudiera escuchar, debía sonar en su cabeza.
Movía con suavidad sus caderas un poco redondeadas y su verguita saltaba en el aire. Faustin se había quitado la chaqueta y comenzaba a ...
... desabotonar con parsimonia los botones de su camisa con su mano izquierda, en la derecha sostenía su vaso que llevaba a su labios, sus ojos permanecían fijos en la figura del danzante. Me alargó su vaso para que se lo sostuviera sin mirarme, se lo cogí y deposité en la mesa.
Al igual que él comencé a mirar al bailarín de otra manera, a ver la sensualidad de sus movimientos cuando adelantaba sus caderas, como si estuviera metiendo su pene en algo que le complaciera, porque se mordía su gordezuelo labio inferior mientras cerraba los ojos en un gesto provocativo que daban ganas llegar hasta él y comerle su roja y henchida verga.
Se colocó dando la espalda a Faustin para mover su culito haciendo círculos, se acariciaba sensualmente sus nalgas y se daba sonoras palmadas en ellas, se agachaba y se las abría ligeramente dejando adivinar el tesoro que escondía en el fondo de su raja.
Empecé a notar mi excitación cuando mi polla comenzó a dolerme reclamando que la liberara de su encierro, el otro espectador había abierto la bragueta de su pantalón y acariciaba una verga que, en su posición de sentado, no me pareció tan grande, tenía todo su peludo pecho y vientre al descubierto, estaba totalmente cubierto de pelo negro y duro como si se tratara de un oso. Notaba una extraña excitación en mí, diferente a la que me era normal. Dirigía mi mirada al cuerpo imberbe de Telmo, luego miraba hipnotizado como la punta del pene, muy roja, que asomaba en el puño de Faustin brillaba por sus ...