43.1 Las deudas son para pagarlas
Fecha: 25/02/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... flujos.
-Desnúdate, ya has tenido bastante, ahora ya sabes lo que tienes que hacer. –su voz me sacó de mi abstracción y mecánicamente comencé a quitarme la ropa que iba tirando en la butaca donde reposaba la de Telmo. Tenía mi verga toda empalmada, terriblemente excitada y una vez desnudo me coloqué al lado del bailarín.
Comencé a imitar lo que había visto, mi vergüenza inicial se evaporó, quedó eclipsada ante mi excitación del momento y ver a mi compañero, deseaba comportarme como él y realizar imitándolo sus morbosos contoneos, parecíamos dos jóvenes chicas bailando la danza del vientre sin tanto movimiento.
-¡Joder! Mira lo puta que eres, ya lo sabía yo, no necesito conoceros, os reconozco a distancia. –no me importaban los obscenos comentarios con los que a partir de ese momento nos obsequiaba, no me importaba porque lo que más me hacía sufrir era desear verme atravesado por su rabo, que estaba cogiendo una consistencia y alcanzado el tamaño que me había indicado Telmo y que no veía antes.
Tiró para adelante su cuerpo colocando su trasero al borde la butaca, y ahora me impresiono lo que se mostraba ante mis ojos, su verga era grande, no más larga que la de Gonzalo pero la duplicaba el grosor, era un monstruo por el que se me caía la baba, de su base colgaban dos cojones como jamás había visto, muy parecidos a los de Ray, tremendos y creo que la pelambrera que lucían les aumentaba el volumen.
Esa posición resultó una orden para que mi compañero me llevara de ...
... la mano y nos colocáramos de rodillas ante él, cogió la verga con sus dos manos y no cabía en ellas, salía cantidad de precum que quitó con sus dedos para llevarlo a su boca, luego me ofreció su dedo para que lo lamiera y no dudé en chupar sus dedos. Por eso, cuando comenzó a hablar supe que era cierto lo que decía.
-Así, putitas comerme la polla, ¿os gusta?, disfrutad de un auténtico macho, mamadla putitas, empezad. –sus palabras en lugar de ofenderme me excitaban más y más hasta terminar mamando como un loco ese trozo de carne caliente, oloroso, sabroso y tierno a la vez.
Me sabía a gloría y a mi compañero de mamada también, era una disputa de bocas que chupaban, de lenguas de se deslizaban a lo largo de la verga sin descanso, que se peleaban por lamer sus fluidos de macho.
Nuestras bocas se encontraban al final y nos besábamos envolviendo el gordo capullo entre nuestros labios, llegando a chupar de nuestras lenguas antes de volver a chupar y lamer desde los gordos testículos hasta la punta de su verga, a Telmo le gustaba masajear sus cojones y a falta de ellos mi mano se deslizaba por su pecho y su vientre acariciando el relieve de sus abdominales debajo de sus pelos.
-Vale ya, os está gustando mucho la verga de vuestro macho, el que necesitáis tener en este momento. -su risa sonaba ofensiva al igual que sus palabras, pero poco importaba ahora que sentía llegar el momento de que esa terrible polla me atravesara.
Me levanté siguiendo los movimientos de Telmo ...