1. Noche de pasión en Lisboa (III): Sacando de apuros a Amália


    Fecha: 07/03/2020, Categorías: Gays Autor: alfredo1257, Fuente: CuentoRelatos

    ... amigos.
    
    Con los novios fuera de la celebración, se van relajando las cosas y es posible charlar más tranquilamente entre los invitados y en un momento determinado nos encontramos con la hermana de Amália a la que observo con una cierta tranquilidad por primera vez en el día. Es una mujer atractiva, un poco más joven que mi acompañante, tal vez un par de años. Con una bonita figura y con un parecido notable con Amália. Es una de esas mujeres a las que les queda bien el pelo completamente blanco y lo luce corto en un peinado asimétrico. El pecho indudablemente es patrimonio de la familia. Con disimulo observo que aparentemente tiene el mismo tamaño que mi amiga, aunque posiblemente por el embarazo parece un poco más caído. Ella mientras charlamos me trata con corrección, pero con distancia, supongo que a causa de ser el amigo que se acuesta con su hermana y a no conocernos suficientemente.
    
    En ese momento suena su móvil, y disculpándose, se hace a un lado y contesta la llamada. Aunque se ha retirado un tanto, no podemos dejar de escuchar su parte de la conversación:
    
    —Pero… no es posible… que vergüenza… ¿y ya está solucionado?... ok, yo se lo digo y ahora vamos.
    
    —¿Qué ha ocurrido? – pregunta Amália
    
    —Era Joao, mi marido. El servicio ha encontrado a Héctor en el patio de las cuadras, encima de un charco de vómitos, completamente desnudo de cintura para abajo y con la cara destrozada. Lo han sacado discretamente por la puerta de atrás y lo han llevado a su casa en ...
    ... Lisboa. Dice que le ha atacado un español. El único español que hay aquí hoy es usted, Alfredo. Mi marido quisiera tener una conversación aclaratoria con usted, si no tiene inconveniente. – Encima de ventajista, chivato, pienso yo. Bien podía haberse callado y decir que no se acordaba de nada.
    
    —No tengo ningún inconveniente, si me guía, tendré mucho gusto en dar las explicaciones pertinentes.
    
    Así lo hace, y nos dirigimos los tres hacia la casona, en una de cuyas estancias particulares, nos espera el cuñado de Amália. Mientras nos dirigimos hacia allí, mi amiga intenta por todos los medios que le diga que ha ocurrido, pero la dejo con la duda. En cambio su hermana, si antes me miraba con recelo, ahora me ve con incomodidad manifiesta. Cuando estamos los cuatro juntos, el padre de la novia me saluda con frialdad, y me comunica que me han acusado de agredir sin motivo aparente al playboy de guardarropía. Entonces Amália, irritada, les describe la escena del exterior, que es la que ella conoce. Su cuñado me mira y me dice azorado:
    
    —Veo que no es lo que Héctor ha contado. No sé cómo lo ha conseguido usted, pero le agradezco la defensa de mi cuñada. De cualquier manera, comprenderá que mi situación es delicada – otro membrillo, pienso yo.
    
    —Lo entiendo perfectamente, y probablemente la defensa de una mujer de la familia no sea la situación más adecuada para que yo pase la noche en esta casa. De todas maneras tenga en cuenta que me he contenido, precisamente por ser una ...
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