De la nieve al fuego
Fecha: 10/03/2020,
Categorías:
Masturbación
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... largamente, pero se aprovecha que estoy medio helado y no soy rápido, se escurre ágilmente y sube, colorada y soltando una risita. Pero me ha besado… Joder, me dan ganas de llorar y todo, qué gilipollas soy, ¡estoy contento! ¡Estoy que estallo de emoción por un simple piquito! Loco de felicidad, doy corriendo la vuelta al edificio y pego un salto para agarrar el inicio de la escalerilla de incendios, la despliego y subo por ella como un rayo, tan rápido que cuando llego a su balcón, ella no ha llegado todavía. Me echo la manta por los hombros, y me siento mejor. Hoy, ha dejado la silla cubierta por un plástico para que no se mojase con la nieve, quito el plástico y lo pongo en el suelo, quito el cojín de la silla y me siento directamente en el suelo, sobre plástico y cojín, y me envuelvo bien en la manta.
Al fin entra por la puerta, y parece sorprenderse de que haya llegado yo antes que ella. Me sonríe y se quita el abrigo. Para no variar, lleva su grueso jersey de cuello alto y su falda hasta los pies… pero antes, sólo llevaba zapatos bajos, y hoy lleva botitas con un poco de tacón. Y la falda no es marrón y lisa como la que siempre llevaba antes, es una falda larga, sí, pero hecha de remiendos de muchos colores, con el borde negro… una falda un poco más llamativa, en suma.
-¿Te gusta? – me dice, cogiéndose los lados de la prenda para extenderla – la compré en el mercadillo, ¿te parece que me queda bien… o es demasiado festiva?
Estoy por decirle que a mí como más ...
... me gusta, es sin falda, pero afortunadamente me contengo y asiento con la cabeza.
-Te queda muy bien… ahora se ve que tienes caderas. – Nela me sonríe, un poco apurada, y me dice que va a ponerse el pijama. Sé que está cediendo, sé que hoy está más débil de lo normal, me ha besado… y no me resisto a intentarlo. – Arnela… ¿por qué no te cambias aquí?
-¿Qué insinúas...? – se ha sonrojado hasta las orejas y se lleva los brazos al pecho.
-Venga… te he estado esperando toda la tarde, bajo la nieve… Estoy fuera de tu cuarto, detrás de una puerta de cristal, en medio de una nevada. Podría entrar por la ventana de tu alcoba, podría romper la puerta, pero estoy siendo muy bueno… ¿no me he ganado algo a cambio de ser buen chico…?
Parece dudar, se marcha sin decir nada, y estoy a punto de descorazonarme, pero veo que vuelve con su pijama azul en brazos. La polla me da un espasmo y se me abre una sonrisa enorme en la cara. Nela no parece ni capaz de mirarme, pero se da la vuelta y se quita el jersey de punto, debajo del cual lleva uno más fino, blanco. Se quita después la falda, lleva leotardos blancos también, se descalza y se queda quieta unos momentos. Creo que no va a ser capaz, ni aún estando de espaldas a mí. Pero lleva sus manos al jersey y se lo saca por la cabeza. Me doy cuenta que estoy de rodillas, pegado al cristal, y con la mano derecha sobándome el paquete sin poder evitarlo. Su espalda curvada, sus hombros frágiles, sus caderas tan redondeadas… parece casi recta ...