SECUESTRADA (2)
Fecha: 04/04/2020,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: noespabilo, Fuente: SexoSinTabues
... mi niña, Celia, a mi niño Miguel. ¿Volveré a verlos? ¿Cuándo acabará esta pesadilla. El sueño me vence. Un ruido extraño me despierta. Al incorporarme veo, acurrucadas en un rincón a dos muchachas, llorando asustadas, temblando. — ¿Cuando habéis entrado? ¿Qué hacéis aquí? — Les digo a las chicas, pero no se atreven a hablar. Minutos después dos mujeres encapuchadas entran en la estancia. En la puerta, fuera, un hombre de guardia. Nos atan las manos a la espalda, nos cubren los ojos. Pasan una cuerda para llevarnos atadas unas a otras. Una cuerda de presas. Desnudas nos llevan a las tres por pasillos y estancias. El aire fresco nos acaricia el cuerpo. Al parecer hemos salido al exterior. Nos meten en un vehículo. Una furgoneta. Acostadas en la parte de atrás nos pasean durante una media hora hasta llegar a un lugar donde aparcan, abren las puertas y nos conducen a través de nuevas estancias hasta un lugar donde se oye a mucha gente. — ¡No perdáis más tiempo! ¡La gente espera! ¡Colocadlas! Nos desatan para subirnos en una especie de pedestales donde nos colocamos en una postura extraña. Son cajones de madera grandes con aberturas. Tendidas de espalda, el culo y el coño salen por el agujero más grande. Poco más arriba, los pies. En el lado opuesto dos boquetes facilitan el acceso a las tetas, metiendo las manos. Imagino la imagen que ofrecerá el escenario. Tres culos y coños, con los correspondientes pies por un lado. Magreo de tetas y boca a disposición de los participantes por ...
... el otro lado del armazón. Y empieza la sesión. Las pollas se suceden entrando en nuestros coños y culos. Manos inhumanas pellizcan y torturan nuestros pechos. Algunos de los participantes intentan meter el puño en mi coño. Grito y pataleo pero es inútil. Al final lo logran. Tras no sé cuantas horas soportando el suplicio y un sinfín de capullos degenerados, nos sacan de aquellos terribles muebles de tortura. Una de las chicas esta desmayada. No reacciona. Se la llevan, no sé dónde. Sangra por la vagina y el ano. Parece muerta… A la otra chica y a mí nos tapan los ojos y esposan nuestras manos a la espalda. Subimos a la furgoneta y volvemos a la casa donde nos retienen. Dos chicas nos ayudan a llegar al baño. Juntas en la bañera intentamos borrar lo vivido. La chica que me acompaña está en shock. La mirada perdida, la boca entreabierta, las manos temblando. Acaricio su cara, es bonita, muy joven. Quizás no tenga aún los dieciocho años. Nos abrazamos. De pronto estalla en llanto, convulso. Me contagia y lloro con ella. Mas calmadas nos lavamos y secamos. Al salir, las chicas de la casa, nos han preparado la cena. Tengo que convencer a mi compañera de fatigas para que coma algo. — Quiero morir. Descansar. No lo soporto. Si me llevan de nuevo allí… — Se lamenta la pobre. — Tienes que sobreponerte. ¿Cómo te llamas? — Diana ¿Y tú? — Ana, dime Diana ¿De dónde eres? ¿Cómo acabaste aquí? — Soy de Albacete. Yo estaba en el botellón del Jueves Lardero. Estaba algo mareada pero no tanto ...