1. SECUESTRADA (2)


    Fecha: 04/04/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: noespabilo, Fuente: SexoSinTabues

    ... rentabilizar. — ¿Rentabilizar? ¿Cómo? ¿Utilizándome como una muñeca de feria y vendiéndome luego al mejor postor? Soy un ser humano, llevo no sé cuánto tiempo fuera de mi casa, sin mi familia. He pensado seriamente en el suicidio. Solo la esperanza de volver con los míos, me mantiene con vida. ¿Cuándo acabará esto? — No puedo asegurarte nada Ana. La verdad es que me caes bien, si estás aquí es por un capricho de mi marido. Haré lo que pueda por ti. Y llegó el momento de la verdad. La rutina de los enemas. Me bañaron, manicura y pedicura, perfume caro… Me colocaron una capucha lujosa, adornada con plumas… No pude ver el tipo de vestido con que me cubrieron, pero era suave, como seda. Medias con ligas en los muslos. Zapatos de tacón de aguja… Fui conducida de la mano hasta un recinto donde escuchaba murmullos de mucha gente. Tuve que subir tres escalones y pise madera, era como un escenario. Por los siseos deducía que estaba en alto rodeada de los espectadores. Alguien me quitó la prenda que me cubría. Con suavidad me sentó en una especie de sillón, o sofá. Unas manos me desprendieron de los zapatos, me empujaron para que me recostara sobre la espalda, extendieron mis brazos sobre el respaldo y separaron mis rodillas, exponiendo mi sexo a la vista de todos. Los murmullos aumentaron. Algo tiraba de las anillas de mis pezones separándolos. También separaron los anillos de los labios vulvares. Supongo que los engancharon a las ligas. Imagino cómo se vería mi coño totalmente ...
    ... abierto, totalmente expuesto. No pude evitar excitarme y como consecuencia, mojarme. ¡Qué vergüenza! Algo se introdujo en mi nariz, una especie de tubito, soplaron y algo entro que me hizo llorar, toser… Un roce en mi clítoris y di un respingo. Manos acariciaban los pezones, que se habían vuelto muy sensibles con los anillos. Aliento en mi pubis, una lengua lamia mis labios, alrededor de las perforaciones, de los anillos. Mi excitación subía. Y de pronto me sorprendió un orgasmo brutal. Grite y grité. Sujetaron mis brazos y las piernas inmovilizándome. Seguían excitándome y el orgasmo se prolongaba, subía y bajaba de intensidad, pero no acababa. No podía respirar, me faltaba el aire. Una extraña sensación recorrió todo mi sexo, me habían untado con algo que me producía ardor. También en mis areolas sentí la extraña sensación. Varias manos me levantaron en alto y me depositaron en algo que imaginé como un arnés. Me mantenía en posición horizontal. Brazos y piernas extendidos, abiertos, cabeza colgando hacia atrás. Manos palpaban mi cuerpo, acariciaban, penetraban con suavidad mis orificios, me mantenían en un estado de placer extraño. No había sentido nunca las sensaciones que en aquellos momentos me embargaban. Mi mente funcionaba a gran velocidad, me sentía eufórica, muy excitada. El más mínimo roce en cualquier parte de mi cuerpo producía sensaciones placenteras. La excitación era tal que creía morir de placer. Algo penetró mi sexo. Debía ser algo grueso, por la dilatación de mis ...
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