1. Fantasía de Navidad


    Fecha: 22/04/2020, Categorías: Primera Vez Autor: Soficas56, Fuente: CuentoRelatos

    ... sus suaves labios sobre mi piel, que rápidamente se puso de gallina. Su aliento tibio me estaña hipnotizando. De repente Francisco se fue a mi oreja para dar suaves mordiditas y breves soplidos.
    
    -Cuando me hablaron de ti, no creí que serías lo más bello que he visto.-Me dijo al oído. Vaya que eran políticos estos muchachos. Me encantó escucharlo y puso una sonrisa en mi rostro.
    
    Preferí no hablar y disfrutar de las sensaciones. Sus besos en mi cuello ahora involucraban juguetonas lamiditas que ponían mi piel de gallina. Sentía mi cuerpo estremecerse; mis piernas temblaban y comenzaba a percibir humedad entre ellas. Estaba recibiendo placer de dos hombres al mismo tiempo; este era una fantasía oculta para mi... casi un deseo. Por fin, en Navidad se me cumplía.
    
    Sus curiosas manos no tardaron en subir por mi pierna hasta el terciopelo de mi traje y subir hasta mi cintura. Aprovecharon para acariciarme y percibir mi cadera y abdomen. Nunca habia sentido tanto gusto de ser masajeada en esa parte. Mis ojos permanecían cerrados y mis rojos labios mostraban una sonrisa. Poco a poco, sus manos se aproximaron más y más a mi abultado busto.
    
    Caricias superficiales recorrían mis senos por fuera. El terciopelo no era grueso y me permitía distinguir con facilidad su tacto. Me encantaba ser tocada en esa parte tan celosamente guardada pero que tan coquetamente disfrutaba que recibiera miradas. Mi parte favorita. De no ser por las reglas sociales, me encantaría poder salir a la ...
    ... ciudad con mis senos de fuera (esa es otra fantasía culposa). Y ahí estaba yo, con una mano de cada uno en seno más cercano para cada quien. Ahora cerraban su mano con suavidad, palmando por completo mis pechos, como quien sostiene una esfera de árbol de Navidad. La sensación era exquisita.
    
    -Hmmm... hmmm... -suaves gemidos eran pronunciados por mi mientras mis acompañantes masajeaban suavemente mis senos aun por encima de mi vestido.
    
    Mi entrepierna estaba más húmeda que antes y no pude evitar mover mis piernas debido al cosquilleo que iba apareciendo. Casi perdida en mi misma, decidí pasar mis brazos por detrás de la espalda de mis dos adoradores y estirarlos cómodamente. Así podía darles total libertad y disfrutar aun más de sus toqueteos.
    
    Pasado un rato, las manos sobre mis gemelas se detuvieron. Podía sentir su excitación; mis pezones se sentían ya endurecidos y levantados. Un frío recorría mis piernas y erizaba mi piel. Entonces, sin esperar, mis muchachos desabrocharon la hebilla del caricaturesco cinturón negro, retirándolo del vestido. Ahora me daba cuenta de que mi traje debía su estallamiento gracias a ese accesorio. Ahora estaba muy flojo. También me di cuenta de que la prenda se cerraba por en velcro a un costado, dejándome muy claro que, al cerrarse de forma tan sencilla, jamás podía pensar en utilizarlo con fines sociales.
    
    Agustín, demostrando un talento analítico y observador, encontró dicho suave cierre, y comenzó a despejar el velcro lentamente. ...
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