1. Cogí con mi novia, su madre y sus hermanas (Capítulo 11)


    Fecha: 30/09/2017, Categorías: Sexo con Maduras Autor: felodel2005, Fuente: CuentoRelatos

    ... sin matrimonio, ya envié las invitaciones, la cena está pagada; creo que voy a estar sola para siempre. Mi vida es una mierda.
    
    -Majo no te angusties. Seguro que todo va a mejorar, todo tiene solución. Sos joven y hermosa; eres una persona única. Cualquiera quisiera estar contigo. Si lo de Javi no funcionó no te amargues, pasa página, tenés que ser feliz. A lo mejor consigas arreglarlo, pero en caso de que no, tenés que ser fuerte y seguir adelante.
    
    -Hoy no tengo ganas de luchar por nada, mi vida es 100% miseria.
    
    -Todo va a mejorar Majo, te lo aseguro. Perdona que te cambie el tema, ¿ya comiste?
    
    -No tengo ganas de comer
    
    -Tenés que comer algo, te ves débil y no puedes dejar de comer por siempre, esta tristeza que hoy tienes es algo temporal
    
    -Lo que no entiendo es ¿Cómo se enteró Laura si me dices que no le contaste nada? ¿O por qué lo imaginó? ¿cómo se atreve a contarle algo de lo que no tiene certeza?
    
    -No le des más vueltas, ella se lo dijo por algún motivo, pero ante eso no hay marcha atrás. ¿Querés que pida algo al chino?
    
    -Pide lo que quieras
    
    Seguimos charlando por un largo rato, yo trataba de consolarla y de encontrar el momento perfecto para sacar partido de la situación. Majo estaba realmente deprimida, no paraba de llorar; el rompimiento con su novio era el único tema del que estaba dispuesta hablar.
    
    Sentados en el sofá, yo la abrazaba y limpiaba las lágrimas de su rostro mientras trataba de tranquilizarla y darle consuelo. “Eres hermosa ...
    ... incluso cuando lloras”, le dije mientras pasaba mi mano por su rostro.
    
    Luego llegó el pedido, yo comí normalmente, pero Majo no quería hacerlo. Prácticamente tuve que cucharearle, como a una niña pequeña. Después de haber comido, Majo estaba un poco más calmada, había dejado de llorar; su rostro aún denotaba la tremenda tristeza por la que estaba pasando. Permanecía en silencio, recostada sobre mi hombro, mientras yo la consentía; acariciaba su cabeza y peinaba su lindo pelo.
    
    Le propuse abrir una botella de vino para ahogar las penas. Majo estuvo de acuerdo, por lo menos con beber un par de copas antes de ir a dormir.
    
    A pesar de que bebíamos y yo trataba de charlar con ella, Majo seguía en silencio, con la mirada pérdida y el rostro inmóvil. Me moví un poco en el sofá y la dejé acostar sobre mis piernas; la consolaba y consentía, mientras ella recostaba su rostro deprimido en mis muslos. En un momento se levantó de repente, de forma brusca, como si se hubiera asustado. Quedo sentada, me miró y me dijo
    
    -¿No habrás planeado todo esto?
    
    -¿Pero cómo crees?... tendría que ser un miserable para hacerte pasar todo esto. Majo, sabes que eres mi vida y pensarás que por eso estoy dispuesto a hacer lo que sea, pero te aclaro; para mí lo primero es que seas feliz, te valoro de verdad y por eso sería incapaz de ser tan canalla contigo, incapaz de hacerte pasar el sufrimiento que tenés en este momento.
    
    Ella tardó unos segundos mirándome fijamente, clavaba su mirada en mis ...
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