1. La reeducación de Areana (2)


    Fecha: 24/05/2020, Categorías: No Consentido Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... comprendeme, nunca imaginé ese mundo… Nunca supuse que existiera gente como Amalia, como esa chica, como esa otra mujerona…
    
    Elena suspiró aliviada:
    
    -Claro que te comprendo, Eva, pero calmate, todo saldrá bien.
    
    -Espero que sí, me dijo que vamos a firmar un contrato.
    
    -Sí, sé que Amalia se maneja así, ya te dije que es una mujer muy seria, quiere todo documentado cuando se hace cargo de una pupila.
    
    -En fin, veremos qué pasa.
    
    -Lo que va a pasar es que en dos o tres meses tus problemas con Areanita serán un recuerdo, Eva.
    
    -Ojalá, Elena. Bueno, un beso y nos vemos.
    
    -Besos, mi amor.
    
    Y segundos después Elena le contaba a Amalia de su charla con Eva.
    
    -Tiene dudas, alguna vacilación, pero está decidida a seguir adelante. Vas a tener a la cachorra, no te preocupes.
    
    -Perfecto. Oíme, te cuento el operativo para traerla.
    
    -Sí, decime…
    
    -Le di un sobrecito con cierto producto en polvo para que la mami se lo ponga a la nena en alguna bebida que tome ese día. Eso la va a tener atontada y así vos y Eva no tendrán problemas en trasladarla hasta acá.
    
    -Ah, qué bien. –se admiró Elena.
    
    -Y sí, porque la mami me dijo que su hija ni loca iba a querer acompañarla sin saber adónde iban.
    
    -Es increíble la cantidad de recursos que tenés, Amalia. –elogió Elena.
    
    -Los años, querida… Los años…
    
    -Che, dijiste “vos y Eva” cuando hablaste del traslado de Areana. ¿Pensaste en que yo ayude a traerla?
    
    -Por supuesto, mi amor, no quiero que la mami lo haga solita, ...
    ... ¡no vaya a ser que se arrepienta!
    
    -Tenés razón. Contá conmigo para meter a esa linda pajarita en la jaula.
    
    -Muero por conocerla… -se relamió Amalia.
    
    -Cuando la veas vas a querer comértela cruda. –aseguró Elena y ambas se despidieron.
    
    …………..
    
    Los días pasaban lentamente para Eva, Elena y Amalia, acuciadas por la ansiedad. Mientras tanto, Areana seguía con su desastrosa y desafiante conducta de siempre.
    
    Hasta que por fin terminó el año lectivo. Areana volvió de la escuela, saludó a su madre con un beso rápido y desganado en la mejilla, tiró su mochila despreocupadamente al piso del living y sin hacer caso del reproche de Eva agitó una mano en gesto despectivo se metió en su cuarto.
    
    Eva fue tras ella, entró en la habitación y mientras su hija se quitaba la ropa comenzó a increparla:
    
    -¡¿A vos te parece bien tirar la mochila al piso y no contestarme cuando te hablo?!
    
    -Ay, ma, dejame, no me grites. Estoy cansada y lo único que quiero es darme una ducha y relajarme. –contestó la chica y ya desnuda pasó junto a su madre, salió del cuarto y se metió en el baño.
    
    Eva casi corrió hacia el teléfono para llamar a Elena.
    
    -No puedo más, Elena, no puedo más… -se descargó al oír la voz de su amiga.
    
    Le contó después lo que acababa de ocurrir con su hija y entonces Elena dijo:
    
    -Bueno, calmate, ya falta muy poco. ¿Querés darle ese polvito hoy y la llevamos?
    
    -Sí, oíme, en cuanto tenga oportunidad le pongo el polvito y te llamo para que vengas. Como mucho, ...
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