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Ya soy el puto del equipo (III)
Fecha: 02/06/2020, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos
... podría ser monoándrico. — No te volveré a molestar con preguntas, pero busco antes que nada tu amistad. Llegó Abelardo feliz con su abrigo y con la billetera en las manos y dijo: — Por haberme esperado, os invito yo. — No, no, no…, —dijimos Marcos y yo a la vez. — No se hable más, pues, entonces…, vamos que pago yo, concluyó Abelardo. Salimos del campo y emprendimos el camino por la Avenida de la Universidad hasta llegar a una cafetería donde Abelardo nos indicó que se estaba bien. Entramos, pedimos una cerveza cada uno y nos pusimos a hablar. Comenzó Marcos, diciendo: — Jaime y Buffon han roto, ¿lo sabías?, —dijo mirando a Abelardo. — Es que esa pareja eran de cuidado —decía Abelardo—, se engañaban continuamente, tenían planes perversos… — Solo presumían de polla —dijo Marcos— como si la tuvieran tan grande… — Dejémoslos, ya se arreglarán, que cada uno tiene lo que se busca, —dijo Abelardo y mirándome— tú no pareces saber nada de nada, —y volviéndose de cara a Marcos— ¿tipos buena gente como Doro no te encontrarás, callado, discreto y buen amigo… Se me subieron los colores a la cara. Yo no decía nada y ellos siguieron contando cosas de Jaime, las botellas ya estaban vacías, me mareaba escuchar hablar de Jaime y tomé la palabra: — ¿Sabéis que he pensado? Que os invito a cenar, quiero mostraros que puedo ser vuestro amigo y que me caéis muy bien, pero…, antes he de hablar con mi casa, no sea que meta la pata… Esperad un momento… Pasé a ...
... la barra donde estaba el camarero y le dije que llevara tres botellas más a la mesa. Llamé a mi taita y le dije si estaba la cena preparada. Me respondió — Dorito, te he hecho lo que más te gusta y te estoy esperando para que se mantenga caliente. — Taita, ¿has hecho justo o mucho? — ¿Por qué preguntas, Dorito, tienes que no te lo acabarás todo? — Gracias, Taita, voy a ir con dos amigos, trátanos muy bien, como siempre lo haces conmigo. Antes de ir a la mesa, pagué en la barra al camarero y me fui a sentarme con ellos. Ya estaban acabándose su cerveza y me di un buen sorbo. Entonces les dije: — He llamado a casa y está la cena lista para los tres. Sería conveniente irnos para cenar porque mañana hay entrenamiento y me levanto a las cinco a correr. Nos levantamos, Abelardo fue a pagar y le dijeron que ya estaba cancelado. Mientras le esperábamos, llamé un taxi, nos subimos los tres y llegamos a mi casa. Cruzamos el pequeño jardín y, cuando vieron la fachada, escuché a Abelardo que dijo: — Ah, tu casa es unifamiliar, es de tu familia o la has alquilado… — Fue de mis padres, ahora es mía y vivo aquí con mi taita que es de Badajoz. — ¿Tu taita? — Bueno, sí, es mi empleada, era la empleada de mis padres, ella me crió desde antes de mis dos años en que murieron mis padres de accidente automovilístico y es para mí como mi madre y desde pequeño la llamo taita; no sé ni lo que significa, pero expresa mi cariño a la mujer que me crió. Mientras ella viva, ...