1. La historia de Ana (Capítulo 2)


    Fecha: 04/06/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... distanciados por tiempo indeterminado, comenzamos a vernos con mas frecuencia.
    
    Solo hubo una semana (o menos) de distanciamiento. En esos días llovieron los reproches de Ana debido a mi actitud violenta, y a no respetar su negativa. Pero ese discurso fue fácilmente contrarrestado, con una simple pregunta, “pero yo no te obligue a nada ¿o si?” Estaba seguro de que Ana no podría rebatir eso, cierto que fui muy insistente, pero si realmente no hubiese querido hacerlo, habría encontrado la manera de rechazarme. “No, a mi nadie me obliga a hacer nada”. Admitió finalmente. Luego me contó, también con aires de reproche, que tuvo que tomar la pastilla del día después. Sin embargo. coincidimos en que coger sin preservativos fue responsabilidad de ambos, y ya no se habló más del tema.
    
    Una vez que los rencores fueron quedando atrás, y sumado a que continuaba en un ida y vuelta con Andrés, empezamos a vernos más seguido.
    
    Normalmente esperábamos hasta las dos de la mañana, para asegurarnos de que ya no entrase o saliese gente del edificio, y así no comprometer mi trabajo. Durante dos semanas fui mas feliz de lo que puedo recordar. Hicimos el amor en cada rincón de su departamento. Ana era sumisa en la cama, era mi juguete sexual, podía hacer lo que quisiera con ella. Pero un día todo se fue a la mierda.
    
    Una noche como cualquiera. Sólo bastaba con que no haya vuelto con Andrés para saber que a la madrugada sería mía. Sin embargo, la vi llegar, y no estaba sola. Dos hombres ...
    ... la acompañaban. Uno era alto y canoso, el otro tenía una barriga inmensa. Ambos hombres más que maduros. Me puse de pie, por inercia. Sentí el calor que subía hasta mi cabeza. Ana me miró, pero no dijo nada. Los hombres que la seguían se deleitaban mirándole el culo. No necesitaba que nadie me explique a qué venían esos tipos.
    
    Me quedé en mi puesto, dando vueltas, desquiciado. Sabía que mientras yo estaba ahí, esos dos viejos se estaban cogiendo a mi Ana. Pero ¿por qué estaba pasando esto? Si todo iba tan bien. Mi odio era casi tan grande como mi amor por ella. no podía tolerarlo. Pensé en subir a asegurarme de que no eran imaginaciones mías, pero por esta vez no necesité hacerlo. Me pareció que estaba todo claro. A las dos horas bajaron los tipos con expresión satisfecha. Les abrí la puerta, sintiendo repulsión por ambos. Luego le toqué el timbre a Ana. Eran las dos de la madrugada, pero no me importaba si algún vecino escuchaba. Esperé unos minutos más y toqué el timbre de nuevo. Le mandé algunos mensajes que no fueron contestados. Entonces subí hasta su piso, y llamé a la puerta. Salió a atenderme. Estaba recién bañada. Se había puesto un vestido a las apuradas. Estaba recién bañada. Di un empujón a la puerta, y entré.
    
    La agarré del cuello, y la puse contra la pared.
    
    — ¿Quiénes son esos? ¿Por qué vinieron a verte tan tarde? ¿Qué hicieron? — pregunté, rabioso.
    
    — Vos sabés lo que hicimos. — dijo Ana. A pesar de que mi mano rodeaba su cuello, sólo oprimía con la ...
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