1. La historia de Ana (Capítulo 2)


    Fecha: 04/06/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos

    ... que ibas a hacer una locura, y se iban a terminar agarrando a piñas. Por un lado quería eso, porque así, quizá me los sacabas de encima. Pero sólo te quedaste mirando con cara de loco. Y yo iba con los dos tipos a tomar una taza de té, pero sabía que ninguno iba a tomar té. Apenas llegamos fui a la cocina mientras el amigo de Juan Alberto pasó al baño.
    
    Juan Alberto se puso detrás de mí, y me acarició el culo mientras yo ponía el agua. ¿viste que alto que es Juan Alberto? No, no la tiene tan grande como vos jaja. Besame primero las piernas Gaby, y después subí, despacito. Yo no hice nada cuando me tocó así. Nunca supe qué hacer en esas situaciones. Desde que el tío Luis me metió mano, cuando pasan esas cosas me quedo petrificada. Sí, Gabriel, mi tío abusó de mí. Seguí chupando si querés que te cuente. Como no dije ni hice nada, Juan Alberto siguió manoseando. Me tocaba como si fuese una cosa. Entonces salió del baño su amigo. Yo me aparté de Juan, pero parece que el otro había visto algo. “Que linda gatita tu amiguita eh” dijo el tarado. Y el hijo de puta de Juan Alberto me agarró de la muñeca, y de un tirón me acercó a él. “si, viste lo que es” dijo y me pellizco el culo de nuevo, y me abrazó por atrás a me manoseó las tetas, como mostrándole al otro lo buena que estaba. No sé cómo se tomó tanta confianza, si nunca estuvimos juntos, pero metía mano como un loco, y con los dedos escarbaba la raya. Un pajero de aquellos. “Ya está el agua” les dije, haciéndome la tonta. Y ...
    ... cuando me fui para el lado de la cocina, el amigo, el gordo ese se me fue al humo. De repente estaba rodeado por los dos. Me apretaron con sus cuerpos, uno por detrás y otro por delante. Yo sentía sus erecciones en mis nalgas y en las caderas “Yo no quiero hacer nada” les dije “¿ah no?” dijo el gordo, burlándose, y me agarró del culo, apretándome fuerte, abarcando con la palma todo el cachete, mientras sus dedos frotaban la raya del culo. “Yo no puedo hacer nada contra ustedes dos” les dije “yo apenas peso cuarenta y cinco quilos” les dije. esperaba que se den cuenta que si no forcejeaba era sólo porque no quería que me lastimen. Pero ellos no me hicieron caso Gaby, me bajaron la calza, me sacaron la zapatilla, el agua hervía, nadie iba a tomar té esa noche. Me quitaron la remera. Quedé en bombacha y corpiño. Ya no podía hacer nada Gaby, ¿Qué iba a hacer? igual que esa vez que subiste como loco y me cogiste aunque te decía que no ¿te acordás? Sí, vos sos igual Gaby, pero no pares de chuparme. Si, ahí, apretarme el clítoris con los labios. Los tipos tenían las manos frías. Se frotaban por todas partes, principalmente por el culo. Les encantaba mi culo. Después me pusieron contra la pared, y se turnaron para cogerme. Ni siquiera me llevaron a un lugar cómodo. Estábamos en la cocina, yo con el pie descalzo, apoyada los brazos en la mesada, mientras el agua empezaba a evaporarse, y los tipos me cogían sin asco. Cada tanto largaba un gemido, y ellos se volvían locos. Juan Alberto me ...
«12...6789»