La historia de Ana (Capítulo 2)
Fecha: 04/06/2020,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Gabriel B, Fuente: CuentoRelatos
... agarraba las tetas mientras me la ponía ¿esos detalles querías saber Gaby? Eso hacía, me agarraba fuerte las tetas. “Menos mal que no querías, putona” me decía al oído. Yo realmente no quería, pero no sé decir que no Gaby, además, mi cuerpo, en algún momento empieza a traicionarme. Me sentí lubricada. La adrenalina que me daba el miedo y la pija de Juan Alberto terminaron por calentarme ¿Qué querés que te diga Gaby? Es la verdad. Seguí chupando, por favor, chúpame la concha, después te la chupo yo sé que te gusta. El gordito me dio mordiscos en el culo. Me chupó toda, y me dejó baba por todas partes el asqueroso. Y después me cogió. Igual que su amigo, pero con movimientos menos ágiles. ¿Para qué querés saber eso? Tenía la pija petisa, pero gruesa. Y me hizo gemir también. Alberto me había acabado en el culo, y a este chancho no le importó mancharse con el semen del amigo. Y si, también me acabó en las nalgas. Les pedí que por favor se fueran. Se rieron. Juan Alberto ya estaba al palo de nuevo. El otro se puso al lado suyo y se empezó a pajear. “chupalas puta” dijeron. ¿Y qué podía hacer? ya me habían hecho lo que quisieron. Fui, y agarré las dos pijas, y se las chupé, por turnos cortos, masajeando una pija mientras chupaba la otra. Fue lo que menos me gustó hacer en la vida, pero a los hombres les encanta eso. Si Gabriel, me tragué todo. No me gusta, pero ya no quería perder energías en negarme. Eso es todo Gaby, ya voy a acabar. ¡Ay si!»
Cuando acabó sus piernas ...
... apretaron mi cabeza, como tenazas, y yo sentí la fuerza de todos sus músculos contraídos, mientras sus jugos vaginales impregnaban mi lengua, que todavía masajeaba el clítoris. Fue delicioso.
Con mi cara empapada, quedé envuelto en sus piernas, con la cabeza en su ombligo, sintiendo su respiración agitada.
— Contame más.
— Qué querés que te cuente.
— ¿Desde hace cuando que sos así?
— Así ¿cómo? — me dijo, mientras me acariciaba la cabeza.
— Vos sabés a qué me refiero.
— Así de puta. A eso te referís.
— Yo no dije eso.
— Pero es lo que pensás ¿o no? te cuesta decir la palabra, pero en el fondo pensás que soy una puta.
— No pienso eso.
— Si supieras más cosas de mí, pensarías que soy una puta.
— Quiero saber.
— Vos tampoco estás muy bien de la cabeza ¿sabías?
— Me imagino que si estoy con vos no debo estarlo. — con la yema del dedo índice, dibujé círculos alrededor de su ombligo. — Pero te amo.
— No me digas esas cosas.
— Contame más historias. Quiero saber quién te coge. Eso sí, la próxima vez que vea a alguien entrar con vos lo voy a sacar a patadas y te voy a coger yo.
— ¿Y si me los cojo en otro lugar?
— Más vale que no me entere. Y no me contaste desde hace cuánto sos así.
— Así de puta… desde que Andrés no me coge.
— ¿Por qué estás con él?
— Porque lo amo.
— Aparte de mí ¿con quien más estás? Decime la verdad.
— con tres pendejos.
— ¿Tres pendejos?
— Sí. Eran alumnos míos de violín. Todavía no sé cómo ...