-
Noche de pasión en Lisboa (X): Escarmentando a Ana Maria
Fecha: 09/06/2020, Categorías: Gays Autor: alfredo1257, Fuente: CuentoRelatos
... que tengo aireando. Cuando estamos solos, Me pone una mano en la mejilla y me besa en los labios, diciendo: - No se equivoque, ya sabe. - Si, Marta, ya sé. No se preocupe. Pero piense que tres besos en los labios equivalen a medio polvete. Y este es el cuarto. – Le digo en son de broma. Entonces ella, poniendo su mano en mi mejilla, me da otros dos besos seguidos en los labios, al tiempo que me dice: - No me gusta quedarme a medias. ¿Y a usted? - A mí tampoco Marta, pero puedo hacerme ilusiones. Tenga cuidado. - Dom Alfredo, no tengo miedo. Si usted quisiese, en esta casa tendría más de una mujer. Aunque no se haya dado cuenta. Son cosas que una mujer nota. Así que, o tiene usted mucho aguante, o es tonto. Y lo segundo me cuesta creerlo. - Eso es algo que le agradecería infinitamente que no saliese de esta casa. - No se preocupe. Hay cosas que no tienen por qué saberse en la quinta. - Gracias, Marta. - No tiene por qué darlas. Al terminar de comer nos trasladamos a Lisboa directamente, he de dejar a Ana María en su casa y luego dirigirme al apartamento de Amália, en el que tenemos nuestra ropa, para prepararnos para el baile de esta noche. Cuando estamos listos para el evento, salimos de casa para recoger a Ana María. Yo visto el esmoquin que me han confeccionado y Amália lleva un vestido de coctel color rojo, con la falda tubo y un corte central por detrás, cuatro dedos por encima de las rodillas. Por arriba rodea su cuello, dejando un ...
... discreto escote por delante y la espalda desnuda hasta casi la banda horizontal del sostén. Su melena suelta, según su costumbre. Y como joyas, su reloj con pulsera de oro, su anillo de brillante y los pendientes de perlas que ya luciera en otras ocasiones. Sobre el hombro izquierdo se ha puesto una gardenia. No lleva perfume, pero la fragancia del Jazmín del Cabo la envuelve en un aura invisible. Al ir a recoger a Ana María todavía no estaba preparada, así que aparqué y subimos a su casa mientras terminaba de arreglarse. Salió a recibirnos a la puerta, vestida con una bata larga de seda y nos dijo que nos pusiésemos cómodos mientras terminaba de vestirse. Poco tiempo después, viene y me pide ayuda para coger una caja en su armario, que necesita para vestirse y dice que no la alcanza. La acompaño a su dormitorio, y cuando veo lo que me está pidiendo se me encienden las alarmas. Solamente con ponerse de puntillas y estirarse un poco, alcanza perfectamente para coger lo que quiere. Sin ningún esfuerzo, tomo la caja y al girarme para dársela, me encuentro con ella frente a mí con la bata abierta, como por descuido. Está vestida solamente con una escueta braga transparente, a través de la cual veo perfectamente el vello púbico pulcramente recortado, además de su pecho desnudo y el resto de su cuerpo. Cuando le doy la caja me besa en la mejilla, agradeciéndome la ayuda, pero al mismo tiempo arrima descaradamente su cuerpo al mío. Así que esas tenemos. Bueno, a este juego ...