1. Amalia & Cia


    Fecha: 12/06/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... el sexo completamente depilados, de manera que parecen unos labios obscenos en su desnudez, de color suavemente beige, al igual que la piel de todo el cuerpo, en el que se difuminan algunas pecas muy pequeñas, apenas perceptibles. Es atractiva, está muy buena, y un pequeño tatuaje —una estrella de cinco puntas dentro de la que se entrelazan dos letras mayúsculas que no sé identificar— en el pubis, situado cerca del muslo izquierdo, le da aspecto de conocedora, de mujer de experiencia.
    
    Mali ha salido un momento de la habitación y vuelve con una pequeña bandeja rectangular de cristal, en donde hay trazadas cuatro rayas del ancho de un dedo de un polvo blanco que supongo es cocaína. Las damas primero, después Alan y yo, esnifamos la coca —me parece de muy buena calidad desde el primer momento— y nos sentamos a charlar con nuestras copas en la mano en el sofá y en el suelo.
    
    Dura poco la charla, Alan se besa con Dana, e inmediatamente la mujer me besa a mí. En cuestión de segundos los dos hombres nos estamos poniendo ciegos con las tetas de la inglesa, metiéndole mano en el sexo, acariciando su culo y recibiendo por su parte muchos y variados tocamientos en los huevos y el pene. Utiliza las dos manos con efectividad y no deja la boca quieta ni un momento dándonos largos guarros besos chupones.
    
    Amalia dejó el sofá, ha estado algo separada de nosotros, bebiendo tranquilamente su copa, mirando, como si el asunto no fuera con ella. Se levanta de la silla de alto respaldo ...
    ... en la que está sentada, se acerca al sofá, aparta la cabeza de Alan, quien le está mamando un pecho a la mujer, y aparta mi cabeza para separar nuestras bocas soldadas por la saliva. Tras sonreír, besa en la boca a Dana, primero suavemente, después con lengua —me sorprende— guarramente, durante muchos segundos, hasta que se separa, y rápidamente, le suelta a la inglesa un par de tremendas bofetadas, fuertes, sonoras, que le hacen mover la cabeza a izquierda y derecha. Apenas he salido de mi asombro cuando Dana se levanta del sofá y se acerca a besar de nuevo a Mali en la boca, después se arrodilla delante de ella, humillando la cabeza, bajando la mirada, en una pose de total sumisión.
    
    —Lo estás deseando y no lo pides. Mereces que te castiguemos
    
    Alan ha abierto el pesado caballete y Dana está boca abajo con su estómago apoyado en él, doblada de manera que las manos las tiene atadas cerca del suelo e igualmente las piernas, muy abiertas, atadas a la altura de los tobillos. Queda completamente expuesta, ofreciendo toda la parte trasera de su cuerpo, con las tetas picudas colgando levemente, para lo que queramos hacer.
    
    —Tócale el coño a esta guarra, mira cómo se pone
    
    Es cierto, está muy mojada, con la boca y las aletas de la nariz abiertas, como si necesitara más aire para respirar, los ojos entrecerrados, respirando profunda y sonoramente, con expresión de estar atenta a lo que pueda ocurrir.
    
    Lo que ocurre es que Mali toma la iniciativa, coge del pelo a la atada ...