1. Amalia & Cia


    Fecha: 12/06/2020, Categorías: Confesiones Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... la boca para mamarme muy lentamente, como si también estuviera escuchando el soliloquio de Dana.
    
    —Me encanta tu polla, tan larga, gruesa, suave y caliente, de ese bonito color levemente tostado, con el glande puntiagudo que promete llegar a todos los agujeros de mí cuerpo. Me excita tomarla entre mis labios para chuparla despacio, muy despacio, notando como cabecea, cómo palpita, cómo se pone más tiesa y dura al crecer todavía un poco más dentro de mi ávida boca. Después de un rato de saborearla, cuando ya respires con mucha fuerza por lo cachondo que estás, necesito recorrerla con la lengua desde arriba y hasta abajo, muchas veces, sintiendo tu frenética erección, las venas hinchadas y palpitantes, llegando hasta los huevos, lamiéndolos, apretándolos con los labios, punteándolos con los dientes, intentando meterlos en mí boca, primero uno, luego el otro, los dos a la vez. Luego, ir detrás, al surco oscuro y apretado de tus nalgas duras, pequeñas y musculosas, pasando la lengua a lo largo de toda la raja, con mucha saliva, hasta llegar al punto que estás esperando, a la sensible entrada pequeña y oscura que mi lengua penetra sólo con la punta, empujando hasta abrirlo lo suficiente para que toda la lengua pueda entrar y salir para hacerte las caricias que más te gustan, las más íntimas, las que imaginas cuando estas solo, las que más dura ponen tu polla, las más deseadas por ti
    
    En un primer momento me ha parecido una tontería —casi me echo a reír por eltípico acento ...
    ... de película española que al hablar castellano tiene la inglesa— pero si a ella le excita el asunto, pues vale, pero según me habla, con esa voz susurrante, algo ronca, tremendamente sensual, he cerrado los ojos y me he dejado llevar por lo que le oigo decir. Joder, cómo me ha puesto, qué cachondo estoy, no sé si lo voy a poder aguantar cuando con un gesto dominante aparta a Alan de mi polla, se acuclilla ante mí, sujeta sus manos en mis muslos y comienza a hacerme todo lo que ha estado diciendo en mí oído, durante muchos, muchos minutos. ¡Oh, qué bueno, qué excitante!
    
    El fin de semana ha sido largo, cansado y verdaderamente gratificante. El sexo ha sido la estrella de nuestro espectáculo, bien adobado degintonics, alguna que otra rayita de coca, la comida contundente que hemos pedido a un cercano asador charrúa, por supuesto, el partido televisado del Madrid, el visionado de algunas grabaciones de sesiones de sexo en unclub liberal de Londres al que pertenecen Amalia y Alan, en donde éste se desmadra de manera estruendosa y su mujer apunta una vena lésbica importante, el cachondeo irónico de Amalia cuando me ha sodomizado con una negra polla de silicona y me he corrido casi aullando de gusto en la boca de Dana. Por cierto, la inglesa es tremendamente feliz cuando se mira al espejo y observa las marcas de los azotes en su cuerpo, no deja de agradecerlo como mejor sabe: follando. Sábado y domingo muy completitos, sí señor. Habrá que repetirlo pronto, en eso hemos quedado. 
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